El asesinato de Juan Luis Cardozo Vásquez frente a la exclusiva discoteca Dubái en Medellín fue el punto de partida para una investigación que ya había sido escalada por las autoridades y que reveló el funcionamiento de una compleja red de narcotráfico.
Este lujoso establecimiento, vinculado al empresario Jorge Hernán González Ortiz, cerró sus puertas tras el crimen, pero su conexión con el narcotráfico se había convertido en un secreto a voces, según la investigación de El Tiempo.
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Una investigación conjunta entre autoridades colombianas y estadounidenses ha demostrado que la red operaba desde Cali, utilizando el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, en Palmira, Valle del Cauca, como punto clave para el envío de cocaína hacia San Andrés y posteriormente a Estados Unidos.
El caso se hizo más evidente tras el hallazgo de varias cajas con frutas y verduras abandonadas en la vía que conecta Cali con el aeropuerto, las cuales llevaban etiquetas con el destino “San Andrés”.
Este descubrimiento despertó la atención de agentes de la DEA y el FBI, quienes ya seguían los pasos de González Ortiz, conocido como el “amo del Bonilla”.
Las investigaciones revelaron que esta red enviaba cerca de 1.500 kilogramos de cocaína de alta pureza cada 15 días, camuflados en cargamentos de alimentos frescos.
La operación contaba con la complicidad de altos oficiales de la Policía Nacional y miembros de la Armada Nacional, que facilitaban el paso de la droga a través de controles de seguridad.
El principal señalado en este caso es Jorge Hernán González Ortiz, un empresario de espectáculos nacido en Buga, quien actualmente se encuentra detenido en la cárcel Pinellas County, en Tampa (Florida), a la espera de su sentencia en marzo próximo.
Además de la discoteca Dubái, González Ortiz estaba relacionado con una cadena de restaurantes de comida popular en Cali y una agencia de turismo en Palmira, que, según las autoridades, podría haber sido utilizada para transportar parte de la droga por las carreteras del Valle del Cauca antes de llegar al aeropuerto.
El 29 de julio de 2023, un cargamento de 1.528 kilogramos de cocaína fue incautado en San Andrés. La droga estaba oculta entre cinco toneladas de mercancía que había logrado pasar los primeros filtros de seguridad.
Esta incautación fue un punto de inflexión en la investigación, ya que permitió identificar a González Ortiz como el líder de la red y a Carlos Andrés Aldana Gil, su socio, como el encargado del transporte.
Dos miembros de la Policía que custodiaban el cargamento confesaron que se trataba de una de las “narco-remesas” que llegaban cada dos semanas desde Cali. Además, señalaron que González Ortiz era el dueño de la ruta en Colombia.
La operación de esta red no se limitaba a Colombia. Según las autoridades, la droga era transportada desde San Andrés hacia Honduras en lanchas rápidas, desde donde se distribuía a Estados Unidos.
Un empresario hondureño conocido como “Rosbi”, que residía en Cali con documentos colombianos falsos, jugaba un papel clave en este esquema. Aunque su paradero actual es desconocido, su captura fue parte de las acciones que siguieron a la detención de González Ortiz.
La red llevaba operando desde 2016 y se han identificado al menos 27 vuelos comerciales que transportaron alrededor de 43.000 kilogramos de cocaína desde Cali.
Se sospecha que empleados de aerolíneas y funcionarios de seguridad del aeropuerto participaron en la operación, alterando manifiestos de carga y desviando cámaras de seguridad.
La investigación también ha revelado un entramado de corrupción que incluye a oficiales de la Policía y la Armada. Algunos miembros de la Armada apagaban rastreadores navales durante 45 minutos para permitir el paso de las lanchas rápidas hacia Centroamérica, mientras que funcionarios del aeropuerto recibían pagos para facilitar el transporte de la droga en aviones comerciales.
Un informe del FBI detalla que la red también contrataba conspiradores para manipular los manifiestos de carga y a conductores de vehículos de equipaje que cargaban la droga en los aviones.
Aunque González Ortiz ha aceptado cargos y proporcionado información sobre la operación a cambio de una reducción de su condena, las autoridades continúan investigando a otros miembros de la red, incluidos oficiales activos de la Policía y financistas vinculados a antiguos capos del narcotráfico en Cali. Uno de los financistas es heredero de un capo que tuvo gran influencia en los años 90, según informó El Tiempo.