“Muy lamentable quitarle a la juventud su libertad y su alegría”. Con estas palabras, el presidente Gustavo Petro reaccionó a la cancelación del Concierto de la Esperanza, previsto para el 2 de marzo en Bogotá.
Sus declaraciones han sido interpretadas por algunos como una crítica velada a la administración distrital, avivando la percepción de que hubo supuestas presiones políticas detrás de la decisión de Residente de no participar en el evento.
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La cancelación del concierto ha desatado una fuerte controversia. La decisión del artista puertorriqueño estuvo motivada, según la revista Rolling Stone, por la situación social del país, lo que ha generado un cruce de acusaciones entre sectores políticos y culturales.
Uno de los puntos que ha generado mayor debate es el posible papel de la administración distrital en la cancelación del evento. De acuerdo con un informe de La FM, el Distrito habría manifestado preocupaciones sobre el impacto del evento en el orden público, lo que llevó a intermediarios a sugerir al equipo del cantante reconsiderar su presentación.
A esto se suma el costo del evento, calculado en más de dos mil millones de pesos, financiados con recursos públicos, lo que también habría influido en la postura de las autoridades locales.
El gerente de Rtvc, Hollman Morris, no tardó en reaccionar y apuntó directamente contra el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán. En su cuenta de X, cuestionó al mandatario con un mensaje directo: “¿Esto es cierto?”, refiriéndose a la supuesta presión ejercida sobre Residente. Además, en una entrevista anterior, señaló a la “ultraderecha fascista” como responsable de la cancelación, argumentando que solo defienden eventos que encajen con su visión ideológica.
Por su parte, Galán negó tajantemente cualquier tipo de intervención en la decisión del artista. A través de un comunicado, aseguró que su administración no tuvo injerencia en la cancelación del evento y reafirmó el compromiso de la ciudad con la cultura y el arte. “Bogotá garantiza que todas las expresiones culturales tengan un espacio en la ciudad”, señaló el alcalde.
Mientras las acusaciones van y vienen, lo cierto es que el Concierto de la Esperanza no se realizará, dejando una discusión abierta sobre la libertad de expresión, la gestión de los recursos públicos y el papel de la política en el acceso a la cultura.
El contrato de Residente con los organizadores del ‘Concierto de la Esperanza’
Según informó Morris en una entrevista con el medio W Radio, el contrato con el cantante Residente, cuyo nombre real es René Pérez, había sido gestionado a través de la empresa Evenpro, especializada en la producción de eventos.
Sin embargo, Residente declinó el acuerdo, que ascendía a 3.965 millones de pesos colombianos (aproximadamente 1 millón de dólares), y sugirió que esos recursos fueran destinados a apoyar a artistas nacionales.
De acuerdo con declaraciones de Morris, el evento había sido concebido bajo un esquema que priorizaba la participación de talento local, con un 80% de artistas nacionales y un 20% de internacionales.
Aunque el contrato con Residente ya estaba en proceso, el director de Rtvc aclaró que no se habían comprometido recursos económicos, lo que evitó pérdidas financieras para la entidad. Sin embargo, la cancelación generó un debate público sobre el uso de los fondos asignados al concierto y su posible redistribución.
Morris sugiere presiones externas en la cancelación de Residente
Morris insinuó que la decisión de Residente pudo haber sido influenciada por factores externos. Según sus declaraciones, el artista habría enfrentado presiones por parte de sectores que no simpatizan con el contenido de sus canciones. “
Aquí hubo un aparato de presión contra el artista, porque hay gente que no le gusta lo que él canta”, afirmó Morris, sin especificar quiénes podrían estar detrás de estas supuestas presiones.
A pesar de la cancelación, Morris aseguró que la organización del evento está explorando alternativas para mantener el concierto de La Esperanza, posiblemente con la participación de otros artistas. Aunque el futuro del evento es incierto, el director subrayó que el contrato con Residente no se había pagado, lo que evitó pérdidas económicas para el Gobierno.
La cancelación del concierto también reavivó el debate sobre el uso de recursos públicos en eventos culturales. Según explicó Morris, el presupuesto asignado al concierto estaba destinado exclusivamente a su producción y no podía ser reasignado a otras áreas.
Esta aclaración buscó responder a las críticas de quienes cuestionaron la viabilidad de destinar casi 4.000 millones de pesos a un evento musical en lugar de invertirlos en sectores como la salud o la educación.