El Ministerio de Hacienda presentó el viernes 7 de febrero el Plan Financiero, un documento fundamental que ofrece un balance de la evolución económica en 2024 y las proyecciones iniciales para 2025. Este informe llega en un momento clave, ya que el país enfrenta un escenario fiscal complejo debido a la caída en el recaudo tributario, lo que obligó al Gobierno a realizar un recorte presupuestal de $28 billones en 2023 y de $12 billones en 2024.
Según las estimaciones actualizadas, el Producto Interno Bruto (PIB) de 2024 habría crecido un 1,8%, una leve mejora con respecto a la proyección previa de 1,7%. Sin embargo, para 2025, la previsión de crecimiento se redujo del 3% al 2,6%, en línea con los cálculos del Banco de la República.
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Para el ministro de Hacienda, Diego Guevara, aunque la proyección del PIB presentada en el Plan Financiero es inferior a la contemplada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, esta refleja “la consolidación del inicio de una senda sostenible de recuperación económica”. Según el alto funcionario, este proceso de recuperación estaría impulsado por el comportamiento favorable de la demanda interna y el dinamismo de las exportaciones, lo que permitiría fortalecer la estabilidad macroeconómica del país.
Guevara también señaló que tanto el consumo como la inversión podrían beneficiarse en los próximos meses debido a la disminución progresiva de la inflación y a un contexto de tasas de interés más bajas. Esto, a su juicio, permitiría mejorar la capacidad adquisitiva de los hogares y facilitaría el acceso al crédito, incentivando así el crecimiento económico en distintos sectores productivos.
Asimismo, la cartera de Hacienda confirmó que el déficit fiscal del Gobierno en 2024 alcanzó el 6,8%, reflejando una brecha significativa entre los ingresos y los gastos del Estado. Uno de los factores determinantes en este resultado fue la reducción en el recaudo de impuestos, que sufrió una caída de $18,5 billones en comparación con las proyecciones iniciales. Esta disminución en los ingresos fiscales genera preocupaciones entre los analistas económicos, ya que limita la capacidad del Gobierno para financiar proyectos clave en infraestructura, educación y salud, además de afectar el cumplimiento de sus compromisos financieros.
A pesar del ajuste a la baja en la proyección de crecimiento para 2025, el Gobierno espera una mejora en varios indicadores económicos, incluyendo una disminución de la inflación y una reducción en las tasas de interés, lo que podría dinamizar el consumo y la inversión. En cuanto a la inflación, el Ministerio de Hacienda proyecta que cerrará en 3,6% en 2025, aunque esta cifra difiere de la estimación del Banco de la República, que la ubica en 4,1%.
Otro factor clave en la economía nacional es la tasa de cambio. Según el Gobierno, el dólar finalizará 2025 con un valor de $4.317, lo que representa un incremento respecto a los valores actuales, que rondan los $4.100. Esta variación podría estar influenciada por las incertidumbres internacionales, en particular el impacto de las elecciones en Estados Unidos y las tensiones comerciales promovidas por Donald Trump.
Además, el Plan Financiero contempla proyecciones sobre la producción petrolera. Se estima que en 2025 el país producirá 765.000 barriles diarios, un leve incremento frente a los 755.000 barriles de 2024 reportados por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Esta cifra refleja la importancia del sector energético en la economía colombiana y su papel en la generación de ingresos fiscales.
Si bien estas proyecciones muestran un panorama de cierta estabilidad, el Ministerio de Hacienda reconoce que las condiciones económicas pueden cambiar debido a factores internos y externos. Como en años anteriores, la evolución de la economía dependerá de la implementación de políticas públicas y de la capacidad de adaptación ante los desafíos globales.