El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reportó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en enero de 2025 registró una variación anual del 5,22%, lo que representa un leve incremento respecto al mes anterior y sugiere una estabilidad relativa en los niveles de inflación. Sin embargo, al comparar con enero de 2024, cuando la inflación anual se situaba en 8,35%, la reducción es significativa.
En términos mensuales, el IPC tuvo un aumento del 0,94%, superando la variación de enero de 2024, que fue del 0,92%. Este ligero repunte indica una moderada presión inflacionaria en el inicio del año, impulsada principalmente por el incremento en los costos de bienes y servicios esenciales.
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Entre los sectores que más contribuyeron al aumento del costo de vida en enero destacaron los restaurantes y hoteles con una variación del 1,90%, seguido del transporte con 1,71%, alimentos y bebidas no alcohólicas con 1,62%, y la salud con 1,04%. Estos grupos de gasto presentaron incrementos significativos, reflejando la presión sobre los hogares colombianos en distintos ámbitos del consumo.
Por otro lado, algunas divisiones registraron variaciones por debajo del promedio nacional, mostrando un menor impacto en la inflación general. Entre ellas se encuentran muebles y artículos para el hogar (0,70%), bebidas alcohólicas y tabaco (0,64%), bienes y servicios diversos (0,54%), alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (0,39%), educación (0,00%), prendas de vestir y calzado (-0,15%), recreación y cultura (-0,18%) e información y comunicación (-0,19%).
En el análisis por ciudades, Bucaramanga registró la mayor variación con un 1,76%, seguida de Santa Marta con 1,36% y Tunja con 1,08%. Por el contrario, Neiva (0,14%), Valledupar (0,44%) y Riohacha (0,48%) tuvieron las menores variaciones en el índice de precios. En Medellín, la inflación mensual se ubicó en 1,05%, situándose por encima del promedio nacional.
El informe del Dane también detalló el comportamiento de la inflación en los últimos doce meses, donde los mayores incrementos se registraron en educación (10,62%), restaurantes y hoteles (8,06%), alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (6,48%) y salud (5,47%). En contraste, sectores como bebidas alcohólicas y tabaco (5,08%), transporte (4,90%), alimentos y bebidas no alcohólicas (4,49%), bienes y servicios diversos (2,90%), muebles y artículos para el hogar (2,20%), prendas de vestir y calzado (1,60%), recreación y cultura (-0,18%) e información y comunicación (-0,99%) mostraron un desempeño inferior al promedio nacional.
Los analistas económicos señalan que esta tendencia inflacionaria podría estar influenciada por la reciente depreciación del peso frente al dólar y el impacto de los ajustes fiscales en el poder adquisitivo de los hogares. Aunque la inflación anual muestra una clara reducción respecto a los niveles observados en 2024, el comportamiento mensual genera preocupaciones sobre la capacidad de estabilización de precios en los próximos meses.
Las autoridades monetarias, en particular el Banco de la República, siguen evaluando el impacto de estas cifras en su política de tasas de interés. La reducción de la inflación anual respalda la posibilidad de ajustes graduales en la tasa de referencia, lo que podría generar alivio en el crédito y el consumo. No obstante, la persistencia de variaciones mensuales elevadas podría limitar el margen de acción del emisor y requerir medidas adicionales para controlar la inflación subyacente.
Este comportamiento de los precios será monitoreado de cerca por los analistas económicos, quienes anticipan que las políticas monetarias y los ajustes fiscales jugarán un papel clave en la evolución del IPC en los próximos meses. En particular, el desempeño de sectores estratégicos como la energía y la producción agropecuaria será determinante para definir la dirección de la inflación en 2025.