Casi dos semanas después de que el Gobierno nacional, encabezado por el presidente Gustavo Petro, protagonizara una de las más críticas tensiones con el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, persisten las sanciones de ese país.
De hecho, el gobierno norteamericano ha decidido mantener las restricciones de visa impuestas a ciertos funcionarios y aliados del Gobierno Petro, según confirmó Natalia Molano, vocera en español del Departamento de Estado, en una entrevista concedida a la revista Semana.
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Estas medidas están relacionadas con el conflicto diplomático que surgió a raíz de la negativa inicial de Colombia a aceptar vuelos con inmigrantes deportados desde territorio estadounidense.
Aunque Petro finalmente accedió a recibirlos, las sanciones no han sido levantadas, lo que refleja la persistencia de tensiones entre ambos países.
Molano explicó que las restricciones afectan a miembros del Gobierno colombiano, así como a sus aliados y representantes, quienes habrían estado involucrados en decisiones que obstaculizaron la llegada de vuelos con deportados.
La vocera señaló que esta situación fue detallada en un anuncio inicial del gobierno estadounidense y que, hasta el momento, no se han realizado actualizaciones oficiales sobre el tema.
Sin embargo, Molano no especificó los nombres de las personas afectadas ni los detalles exactos de las restricciones de visa.
“Es correcto. Se incluyeron ahí miembros del gobierno y sus aliados o sus representantes que estuvieron involucrados en restringir los vuelos que ya estaban en camino a Colombia con deportados”, señaló la portavoz a la revista.
Pero el conflicto no se limita únicamente al ámbito migratorio, pues la Casa Blanca atribuyó a su presión diplomática la resolución del enfrentamiento con Colombia sobre los vuelos de deportados. Este episodio incluyó amenazas del entonces presidente Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones colombianas, lo que llevó al Gobierno nacional a anunciar medidas similares contra productos estadounidenses. Aunque finalmente se llegó a un acuerdo para permitir el ingreso de los vuelos, las tensiones comerciales y diplomáticas dejaron su huella en la relación bilateral.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que las restricciones de visa para funcionarios colombianos seguirán vigentes, al igual que las inspecciones aduaneras más estrictas a mercancías provenientes de Colombia. Estas medidas, según Leavitt, forman parte de una estrategia para garantizar que el gobierno colombiano cumpla con sus compromisos en materia migratoria.
Además, el alcance de las sanciones impuestas por Estados Unidos no se limita únicamente a funcionarios del Gobierno colombiano. Según declaraciones del expresidente Donald Trump, las restricciones de visa también se extienden a “todos los miembros del partido, familiares y partidarios del gobierno colombiano”. Sin embargo, Trump no ofreció detalles adicionales sobre las personas específicas afectadas ni sobre los criterios utilizados para implementar estas medidas.
Un conflicto con implicaciones más amplias
El enfrentamiento entre Estados Unidos y Colombia en torno a los vuelos de deportados y las sanciones de visa reflejó tensiones más profundas en la relación bilateral. Aunque ambos países han mantenido históricamente una estrecha colaboración en temas como la lucha contra el narcotráfico y el comercio, este episodio puso de manifiesto las diferencias en sus enfoques hacia la política migratoria y las relaciones comerciales.
Las medidas adoptadas por Washington también podrían tener implicaciones económicas para Colombia, especialmente si las inspecciones aduaneras más estrictas afectan el flujo de exportaciones hacia el mercado estadounidense. Además, las restricciones de visa podrían complicar la interacción entre funcionarios de ambos gobiernos, dificultando la cooperación en áreas clave.
Mientras tanto, las declaraciones de Molano y Leavitt confirmaron la fuerte postura de Washington en este asunto, lo que sugiere que cualquier cambio en las restricciones dependerá de la evolución de las políticas del gobierno de Gustavo Petro en temas sensibles como la migración y el comercio.