En desarrollo del Consejo de Ministros celebrado el martes 4 de febrero en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro, realizó un llamado a sus ministros para cumplir con las promesas de campaña y abordó temas culturales y políticos.
El mandatario utilizó referencias a la obra literaria de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, para subrayar la importancia del arte como un elemento universal y como símbolo de la identidad colombiana. Además, enfatizó la necesidad de actos de reparación para las víctimas de la Unión Patriótica, un partido político que sufrió un exterminio sistemático en el pasado.
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Durante la transmisión en vivo del evento, Petro expresó su descontento con el desempeño de algunos de sus ministros, a quienes reprochó por no avanzar en los proyectos prometidos durante su campaña presidencial.
El presidente insistió en que estas iniciativas deben continuar y cumplir con los objetivos trazados. Según detalló el medio, esta reunión del Ejecutivo se llevó a cabo en un contexto político marcado por la cercanía de las próximas elecciones presidenciales, lo que añade presión al gobierno para mostrar resultados concretos.
En su intervención, Petro hizo una reflexión sobre la ausencia de elementos que representaban a Gabriel García Márquez en la Casa de Nariño, destacando que, hasta su llegada, no existía un espacio dedicado al escritor colombiano en la sede presidencial.
“La sala García Márquez estaba cerrada. No había nada de García Márquez en este palacio. No había ningún Aureliano, ni ninguna Remedios, ni ninguna mariposa amarilla”, afirmó el mandatario, en alusión a los personajes y símbolos icónicos de la novela Cien años de soledad.
El presidente calificó esta obra como “nuestra obra en el mundo” y sugirió que la figura de García Márquez debería ocupar un lugar destacado en la Casa de Nariño, en lugar de lo que describió como “el oligarca español que se cree español y aristócrata”. Petro utilizó esta referencia para resaltar la universalidad del arte y su capacidad para representar la identidad cultural de Colombia en el escenario global.
Otro de los puntos destacados de la intervención de Petro fue su visión sobre la cultura como un medio para promover el diálogo entre civilizaciones.
El mandatario mencionó a Santa Marta como un ejemplo de conexión cultural entre el Caribe y el Mediterráneo, y resaltó que la celebración de la vida y el entendimiento entre culturas debe prevalecer sobre la conmemoración de episodios históricos marcados por la violencia y la conquista.
En este contexto, Petro abordó el tema del exterminio de la Unión Patriótica, un capítulo oscuro en la historia política de Colombia. El presidente consideró que los actos de reparación ordenados por la justicia colombiana deben trascender lo jurídico y convertirse en un “inmenso acto cultural para el mundo”.
Esta declaración refuerza su postura de que la cultura puede ser una herramienta poderosa para sanar heridas históricas y proyectar una imagen renovada del país.
El presidente también hizo un paralelismo entre su experiencia personal y la historia de Cien años de soledad. El jefe de Estado recordó que durante su tiempo en el movimiento guerrillero M-19, adoptó el nombre de “Aureliano”, en honor al personaje Aureliano Buendía de la novela de García Márquez. Esta conexión personal con la obra literaria le permitió reflexionar sobre los temas de traición y reconciliación que atraviesan la narrativa del libro.
Petro señaló que los asesinatos cometidos por Aureliano Buendía a sus jefes liberales en la novela fueron motivados por la traición a los ideales, pero destacó que la paz solo fue posible mediante acuerdos entre liberales y conservadores.
Esta reflexión literaria sirvió como una metáfora para los desafíos políticos actuales de Colombia, donde la reconciliación y el diálogo son fundamentales para avanzar hacia un futuro más estable.
El Consejo de Ministros también fue escenario de críticas internas y debates sobre decisiones recientes del gobierno. Alexander López, director de Planeación Nacional, expresó su preocupación por los obstáculos que han enfrentado las reformas impulsadas por el Ejecutivo.
En respuesta, Petro citó a figuras como Facundo Cabral y Pepe Mujica para argumentar que su enfoque político no se define por ideologías de izquierda o derecha, sino por un humanismo que prioriza el bienestar de las personas.
Por otro lado, el presidente defendió el nombramiento de Armando Benedetti, una decisión que ha generado controversia. Petro justificó su cercanía con Benedetti aludiendo a una característica compartida: “algo de locura”. Además, comparó esta “locura” con la creatividad de Gabriel García Márquez al escribir Cien años de soledad, una obra que, en palabras del mandatario, se convirtió en escritor en el “hombre más universal”.