Un reciente informe de inteligencia revela un panorama alarmante en la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, donde la presencia y el poder de los grupos armados organizados, como el ELN y las disidencias de las Farc, han crecido de manera significativa en los últimos años. Con base en información obtenida por Blu Radio, el documento, elaborado en respuesta a preguntas del ministro de Defensa, Iván Velásquez, detalla un aumento considerable en el número de integrantes de estos grupos y un recrudecimiento de los enfrentamientos entre ellos, lo que ha intensificado la violencia en la zona.
De acuerdo con el informe, basado en los análisis de la ACCAM (herramienta de inteligencia utilizada para evaluar las capacidades de grupos criminales que representan una amenaza a la seguridad nacional), el ELN incrementó su número de integrantes de 1.671 a 1.946 entre los informes ACCAM 38 y ACCAM 43. Por su parte, las disidencias de las Farc pasaron de 195 a 285 miembros en el mismo periodo. Además, se advierte que estas cifras podrían haber aumentado aún más en las primeras semanas de 2025 debido a la llegada de nuevos combatientes provenientes de otras regiones, como el departamento de Arauca, lo que ha intensificado los enfrentamientos armados en el Catatumbo.
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El informe también destaca un cambio significativo en la dinámica entre el ELN y las disidencias de las Farc. Según los datos recopilados, entre 2022 y 2024 no se registraron enfrentamientos directos entre estos grupos, lo que sugiere un periodo de “coexistencia criminal” en el que ambas organizaciones operaban en la región sin entrar en conflicto. Sin embargo, a principios de 2025, esta situación cambió drásticamente, dando inicio a una serie de confrontaciones violentas que han agravado la crisis de seguridad en el Catatumbo.
Este cambio en la relación entre los grupos armados podría estar relacionado con la expansión de sus actividades y la disputa por el control territorial, especialmente en una región estratégica para el narcotráfico y otras actividades ilícitas.
El documento también detalla las principales fuentes de financiación del ELN y las disidencias de las Farc en el Catatumbo. Según el informe, el narcotráfico sigue siendo la actividad económica más lucrativa para estos grupos, dada la ubicación estratégica de la región en la frontera con Venezuela, lo que facilita el transporte de drogas hacia mercados internacionales.
Además del narcotráfico, los grupos armados obtienen recursos mediante la extracción ilícita de minerales, el contrabando, el secuestro y la extorsión. Esta última actividad afecta a los gremios económicos legales, como a los palmicultores, ganaderos, comerciantes y el sector petrolero, asó como a otros actores ilegales que operan en ambos lados de la frontera.
La creciente presencia y actividad de estos grupos armados en el Catatumbo representa un desafío significativo para la seguridad nacional de Colombia. Según el informe conocido por el medio citado, la movilización de combatientes desde otras regiones, como Arauca, hacia el Catatumbo podría estar relacionada con una estrategia para consolidar el control territorial y aumentar la capacidad operativa de los grupos armados en esta zona.
El recrudecimiento de los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc no solo afecta a las comunidades locales, que se ven atrapadas en medio de la violencia, también tiene implicaciones más amplias para la estabilidad de la región fronteriza con Venezuela.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, solicitó información detallada sobre la evolución de los grupos armados en los 11 municipios del Catatumbo, lo que refleja la preocupación del Gobierno por la situación en esta región.