Un incidente ocurrido en la Institución Educativa Técnica Nicolás Ramírez, ubicada en el municipio de Ortega, Tolima, encendió las alarmas en la comunidad educativa el pasado viernes 31 de enero.
Siete estudiantes de este plantel fueron trasladados de urgencia al Hospital San José de Ortega luego de presentar síntomas de intoxicación tras consumir una sustancia cuya naturaleza aún no ha sido confirmada. Según informó el medio El Nuevo Día, los menores fueron atendidos en el servicio de urgencias y, tras varias horas de observación, fueron dados de alta sin complicaciones aparentes.
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De acuerdo con la gerente del hospital San José, Diana Campos, los estudiantes ingresaron al centro asistencial tras haber consumido la sustancia dentro de las instalaciones del colegio. Campos detalló que, tras realizar los exámenes médicos pertinentes, no se detectaron efectos secundarios en los menores. “Estuvieron en observación de una manera estable y a las ocho horas se les da la respectiva salida”. La rápida atención médica permitió que los estudiantes regresaran a sus hogares el mismo día.
Aunque las autoridades aún no han confirmado la naturaleza de la sustancia que provocó el malestar en los estudiantes, versiones extraoficiales recogidas por El Nuevo Día sugieren que podría tratarse de un ungüento sexual.
Sin embargo, esta hipótesis no ha sido corroborada por las autoridades competentes. Hasta el momento, la Secretaría de Educación del Tolima no ha emitido un comunicado oficial sobre el incidente, lo que ha generado incertidumbre entre los padres de familia y la comunidad educativa.
Se espera que en los próximos días las autoridades educativas y de salud inicien una investigación exhaustiva para esclarecer lo sucedido y determinar las responsabilidades correspondientes. Este proceso será clave para identificar cómo llegó la sustancia al plantel y qué medidas se deben tomar para evitar que incidentes similares se repitan en el futuro.
Fallecimiento de joven tras intoxicación masiva en evento del Ministerio de Igualdad genera cuestionamientos sobre seguridad alimentaria
El fallecimiento de Rubén Darío Fernández Monroy, un joven de 25 años y delegado de juventud del departamento de Cundinamarca, ha encendido las alarmas sobre la seguridad alimentaria y la logística en eventos organizados por el Ministerio de Igualdad y Equidad.
El joven murió el pasado 2 de enero en la Clínica La Samaritana de Bogotá, tras complicaciones derivadas de una intoxicación masiva ocurrida en la Asamblea Nacional de Juventudes, celebrada entre el 22 y el 24 de noviembre en el Coliseo Mayor de Ibagué. Este incidente afectó a más de 300 personas, dejando en evidencia problemas en la organización del evento.
De acuerdo con el comunicado oficial emitido por el Ministerio el 3 de enero, se lamentó profundamente la muerte de Fernández Monroy, destacando su compromiso con las juventudes rurales y su activa participación en la Asamblea. Asimismo, la entidad solicitó a las autoridades competentes llevar a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer las causas del fallecimiento. Sin embargo, Infobae detalló que hasta el momento ningún vocero del Ministerio ha ofrecido declaraciones públicas sobre la intoxicación masiva que afectó a cientos de asistentes.
La madre de Rubén Darío Fernández Monroy denunció que su hijo no recibió una atención médica adecuada tras la intoxicación. Según su testimonio, recogido por el medio Semana, el joven fue trasladado a varias instituciones de salud en Bogotá desde noviembre, pero no logró recuperarse debido a la gravedad de su estado.
Estas declaraciones han generado cuestionamientos sobre la capacidad del sistema de salud para atender emergencias de este tipo y sobre la respuesta inmediata que recibieron las personas afectadas durante el evento.
Por otro lado, testigos del evento señalaron que esta no sería la primera vez que se entregaron alimentos en mal estado en actividades organizadas por el Ministerio. Los asistentes también denunciaron diferencias en el trato recibido, lo que ha incrementado las críticas hacia la logística y la planificación de la Asamblea Nacional de Juventudes.
El evento, que reunió a cientos de jóvenes de diferentes regiones del país, se convirtió en un escenario de emergencia sanitaria cuando más de 300 asistentes presentaron síntomas de intoxicación. Aunque no se han revelado detalles específicos sobre los alimentos consumidos ni las condiciones en las que fueron preparados, el incidente ha puesto en el centro del debate la necesidad de garantizar estándares de calidad en la alimentación ofrecida durante eventos oficiales.