La Fiscalía General de la Nación imputó a Digno José Palomino Rodríguez, señalado líder de la estructura criminal Los Pepes, por su presunta vinculación en 17 homicidios perpetrados en el departamento de Atlántico entre los años 2022 y 2023.
Los crímenes, cometidos en Barranquilla, Soledad y Malambo, estarían relacionados con el control de actividades ilícitas y la intimidación a la población.
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De acuerdo con las autoridades, Palomino Rodríguez, también conocido como alias Dino o Sebas, habría dirigido ejecuciones selectivas ordenadas a su grupo delincuencial como parte de una estrategia para afianzar el control territorial en zonas estratégicas para el tráfico de estupefacientes, cobro de extorsiones y otras fuentes de ingresos ilegales.
Las pesquisas señalan que los homicidios ocurrieron en el marco de 11 eventos criminales cometidos en el periodo mencionado.
El caso se basa en nuevas pruebas y elementos recabados por los investigadores, los cuales llevaron a la Fiscalía a vincular a Palomino con estos actos delictivos.
Frente a un juzgado de control de garantías, un fiscal de la Dirección de Apoyo Territorial imputó al presunto cabecilla los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir agravado, y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego y municiones.
Palomino, quien negó los cargos presentados en su contra, permanece bajo detención en la Cárcel de Máxima y Mediana Seguridad de Valledupar, conocida como La Tramacúa.
La organización Los Pepes estaría vinculada a Los Costeños, otra red criminal activa en el Caribe colombiano, cuyo principal propósito es el control de las rentas ilícitas en zonas urbanas del departamento de Atlántico.
Según información obtenida, la violencia, incluidos los homicidios, sería una herramienta empleada por estas redes para infundir temor entre los residentes, comerciantes y transportadores de la región.
A pesar de su condena, el 10 de octubre de 2024, el Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de La Dorada, en Caldas, le otorgó la libertad condicional tras cumplir tres quintas partes de su condena, es decir, 14 meses de prisión.
Palomino sigue ejerciendo una notable influencia sobre Los Pepes, una organización delictiva que opera principalmente en Barranquilla y sus alrededores, con alrededor de 500 miembros activos. Esta banda se dedica a actividades ilícitas como extorsión, microtráfico, homicidios y sicariato, y controla gran parte del tráfico de drogas en la región.
La violencia es una de las principales herramientas de control de la banda, que ha sido responsable de numerosos homicidios y actos de sicariato. Según las autoridades, al menos 259 homicidios están directamente relacionados con las disputas entre bandas criminales como Los Costeños.
Grupos armados ilegales intensifican el reclutamiento de menores en el suroriente de Barranquilla
En los barrios del suroriente de Barranquilla, el miedo se ha convertido en una constante para las familias, quienes enfrentan la amenaza de que sus hijos sean reclutados por grupos armados ilegales.
Según reportó Caracol Radio, organizaciones criminales como Los Costeños, también conocidos como Los Leones, y Los Pepes están utilizando a menores de edad para actividades ilícitas, como el tráfico de drogas, la extorsión y la violencia armada.
Este fenómeno afecta principalmente a jóvenes de entre 12 y 20 años, quienes, ante la falta de oportunidades educativas y laborales, se ven vulnerables a las promesas y amenazas de estas estructuras delictivas.
De acuerdo con el medio, los barrios más afectados por esta problemática son Rebolo, La Luz y La Chinita, donde la presencia de estas bandas ha generado un clima de temor generalizado.
Un habitante de la zona, entrevistado por Caracol Radio, describió cómo operan estas organizaciones: “Estas bandas cogen a los muchachos menores para delinquir. Trabajan con los jóvenes para meterlos en los mundos del microtráfico, extorsión y los llamados ‘gota a gota’. Son ‘pelaitos’ de 12, 13 años”.
Este testimonio refleja la gravedad de la situación, en la que incluso las redes sociales se han convertido en un espacio para amenazas entre los menores involucrados, quienes llegan a cumplir con actos de violencia anunciados públicamente.
El contexto socioeconómico de los barrios del suroriente de Barranquilla ha sido señalado como un factor clave que facilita el reclutamiento de menores por parte de los grupos armados.