La creadora de contenido mexicana Camila Ríos, conocida en redes como Camm Rioos, enlistó los choques culturales a los que se ha visto enfrentada tras empezar a hablar con un joven colombiano.
Empezando por la forma de bailar y es que, a pesar de que los latinos se caracterizan por su baile sensual, “en Colombia tienen una forma de bailar demasiado peculiar, muy cerca, muy íntima, es algo muy sexual”.
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Pero también se sorprendió al descubrir que con su forma de moverse en la pista “si van a una fiesta en pareja, la novia puede bailar con los chicos que ella quiera y el novio puede bailar con las chicas que él quiera y en México no es nada así. Si tienes novio o novia y alguien te saca a bailar dices que no”.
Las relaciones de pareja y los límites, aun siendo países hermanos, parecen abismales desde el inicio. Antes de conocer a su amigo colombiano, pensaba que, siendo latinos, las relaciones se manejaban prácticamente igual, pero las diferencias, al menos ahora, son evidentes.
Que las mujeres en Colombia puedan tomar la iniciativa; es decir, “que sea más fácil que una mujer llegue y te ligue como hombre” contradice todo lo que aprendió en el amor estando en México.
Y es que, en su país, es algo más protocolario el proceso de conquista: “Las pedidas de novios son asquerosamente grandes. Lo hacen con letras, con pétalos, con flores, con una comida wow. Y es común ver en Instagram las pedidas que más bien parecen pedidas de mano”.
A diferencia de Colombia, donde “no es así. Simplemente, se empieza a salir con alguien y en algún punto, ambos, sienten que ya hay un algo y lo hablan”, o es la manera en la que sus amigos han llevado sus relaciones.
Pareja colombo-mexicana estuvo “en la cuerda floja” por las diferencias en el uso de algunos términos:
Las diferencias lingüísticas entre países que comparten un mismo idioma pueden generar confusiones inesperadas, incluso entre personas cercanas. Este es el caso de Mariana Pinilla y Stefano Tomati, una pareja colombo-mexicana que ha encontrado en las particularidades del español de sus respectivos países un motivo de risas y desacuerdos. De ahí que compartieran con sus seguidores las palabras y expresiones que han generado malentendidos en su relación.
Uno de los primeros términos que generó confusión fue “aguas”. En México, esta palabra se utiliza como una advertencia para pedir precaución, pero para Mariana, de origen colombiano, no tenía ningún sentido en ese contexto. Este tipo de situaciones, según la pareja, podrían haber derivado en frustración o incluso en discusiones, pero han optado por tomarlas con humor y compartirlas como anécdotas con su audiencia.
Y es que existen palabras que tienen significados completamente diferentes en Colombia y México. Un ejemplo es el verbo “aplicar”. Mientras que en Colombia se usa para referirse a “aspirar a” o “inscribirse en” algo, en México tiene una connotación más relacionada con “ajuiciarse” o comportarse de manera responsable. Esta diferencia, aparentemente sencilla, ha sido motivo de confusión en las conversaciones entre Mariana y Stefano.
Por otro lado, hay palabras que son exclusivas de cada país y que no tienen un equivalente directo en el otro. En México, por ejemplo, se utiliza “guajolotazo” para referirse a un golpe, mientras que en Colombia este término no tiene ningún significado. Mariana también ha señalado que aún le cuesta comprender expresiones mexicanas como “chingados” o términos coloquiales como “chaqueta” y “puna”. Incluso algo tan cotidiano como el nombre de un vegetal puede ser motivo de confusión: en México, el tomate se llama “jitomate”, un término que incluye el prefijo “ji” y que no se utiliza en Colombia.
El problema es de ambos lados. Stefano, de origen mexicano, también enfrenta dificultades para entender algunas expresiones comunes en Colombia. Mariana ha mencionado que palabras como “jueputa” o “marica”, que en su país suelen usarse como exclamaciones y no necesariamente como insultos, han dejado a Stefano desconcertado. Estas expresiones, aunque coloquiales, forman parte del lenguaje cotidiano en Colombia y no tienen el mismo uso o significado en México.
Además, hay términos no ofensivos que también han generado confusión. Un ejemplo es la palabra “juicio”. En México, esta se asocia exclusivamente con el ámbito judicial, mientras que en Colombia tiene un uso más amplio y puede referirse a la sensatez o el buen comportamiento de una persona. Este tipo de diferencias, aunque sutiles, reflejan cómo el español puede variar significativamente entre países.