Un vuelo de repatriación que transportó desde Panamá a 43 inmigrantes colombianos, 36 deportados y siete expulsados llegó esta mañana al aeropuerto José María Córdova de Rionegro, Antioquia.
El Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, fue invitado a presenciar el despegue de la aeronave desde el aeropuerto Marcos A. Gelabert de Albrook, en Ciudad de Panamá, donde el alto funcionario del Gobierno Trump arribó alrededor de las 8:15 a.m. para presenciar el inicio de la operación.
De acuerdo con las autoridades panameñas, los siete colombianos expulsados están acusados de delitos graves, como trata de personas, agresión sexual, delitos relacionados con drogas y evasión de puestos de control. Esta repatriación ocurre a pesar de que el gobierno del presidente Gustavo Petro solicitó el pasado viernes, 31 de enero, que tanto Estados Unidos como Panamá suspendieran los vuelos con deportados.
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A pesar de la solicitud del presidente Gustavo Petro, quien el viernes 31 de enero pidió a Estados Unidos y Panamá suspender los vuelos con deportados, el vuelo de repatriación se llevó a cabo. El mandatario buscaba ganar tiempo para establecer un protocolo de recepción que asegurara el respeto a los derechos de los colombianos deportados.
El proceso de deportación estuvo marcado por la presencia del Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, quien estuvo acompañado por el ministro de Seguridad de Panamá, Frank Alexis Abrego, y el canciller Javier Martínez-Acha. Este procedimiento se llevó a cabo en el marco de un acuerdo entre Panamá y Estados Unidos, firmado meses atrás, en el que EE.UU. comprometió hasta seis millones de dólares para apoyar estas deportaciones.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, se pronunció el 2 de febrero sobre los retos migratorios que enfrenta su país, destacando la complejidad del fenómeno y su impacto en la región. Además, hizo mención de la postura del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien ha subrayado la importancia de asegurar condiciones dignas en los procesos de deportación, en un contexto marcado por el creciente número de inmigrantes en la región.
En una rueda de prensa, Mulino, reconoció que, en líneas generales, el presidente colombiano Gustavo Petro tiene fundamento al exigir un trato humanitario para los migrantes. No obstante, el mandatario panameño destacó la diferencia entre los inmigrantes que buscan mejorar sus condiciones de vida y aquellos con antecedentes criminales, señalando que el enfoque debe variar según las circunstancias.
Al respecto al presidente de Panamá dijo lo siguiente: “Hay mucho delincuente con prontuario que no puede subirse a un avión sin esposas. Ustedes han visto películas al respecto. Así que yo creo que una cosa es el común y corriente inmigrante que viene buscando mejores días, a una persona que viene buscando otros días no mejores y que tiene un prontuario penal que cubrir o que ocultar”.
Mulino subrayó que, si bien los migrantes regulares deben ser tratados con respeto y dignidad, aquellos con antecedentes criminales suponen un peligro que requiere una gestión más rigurosa. El presidente panameño destacó la necesidad de implementar medidas de seguridad más estrictas.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro recientemente ha hablado del tema de como se envían a los colombianos deportados de regreso a territorio nacional, de hecho por no recibir un vuelo con connacionales enviado por Estados Unidos terminó generando tensión con Estados Unidos el domingo 26 de enero que se terminó resolviendo ese mismo día en la noche.
Sin embargo, con respecto a este tema en una entrevista con Univisión, el presidente Gustavo Petro propuso que Colombia se encargue del traslado de los deportados mediante vuelos contratados o incluso cruceros, con el objetivo de evitar las condiciones inadecuadas que, según él, han caracterizado repatriaciones previas. En ese contexto, reafirmó que “Colombia no va a recibir ningún colombiano o colombiana esposada porque el migrante no es un delincuente”. No obstante, Petro reconoció que, en ocasiones recientes, llegaron vuelos con deportados sin que él fuera informado previamente: “Sí, pero sin que el Presidente de Colombia supiera”.