El análisis de las propiedades nutricionales de diferentes tipos de harinas ha generado interés entre especialistas en salud y nutrición, especialmente por su impacto en la prevención de enfermedades.
Según informó el portal especializado en salud CuidatePlus, la harina de trigo destaca como una de las opciones más saludables debido a su bajo contenido calórico y su aporte de nutrientes esenciales.
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Sin embargo, otras alternativas como la harina de maíz, conocida como promasa, y el sagú también presentan beneficios específicos que pueden ser relevantes dependiendo de las necesidades dietéticas de cada persona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfatizado la importancia de mantener una dieta equilibrada para prevenir enfermedades y trastornos alimenticios. La elección de harinas adecuadas juega un papel crucial. La OMS recomienda priorizar el consumo de carbohidratos provenientes de cereales integrales, verduras y frutas, mientras que alerta sobre los riesgos asociados a las harinas refinadas, que pueden contribuir a problemas digestivos, sobrepeso y enfermedades cardiovasculares o inflamatorias.
Tipos de harinas y su consumo cotidiano
De acuerdo con el especialista en gastronomía Alejandro Cuallo, existen diversos tipos de harinas que forman parte de la dieta diaria de muchas personas, a menudo sin que estas sean plenamente conscientes de ello. Entre las más comunes se encuentran la harina de espelta, maíz, centeno, cebada y avena. Sin embargo, cuando se trata de priorizar una nutrición saludable, las harinas de trigo, promasa y sagú suelen ser las más relevantes debido a sus propiedades específicas.
El portal mencionado detalla que para determinar qué harina es más saludable, es fundamental analizar su aporte nutricional. Este enfoque permite identificar cuál de ellas se adapta mejor a las necesidades individuales, ya sea por su contenido calórico, su aporte de fibra o la presencia de vitaminas y minerales esenciales.
Propiedades nutricionales de las harinas más populares
- La harina de trigo: según CuidatePlus, es una de las opciones más recomendadas para quienes buscan mantener una dieta equilibrada. Su contenido calórico es relativamente bajo, con aproximadamente 370 kilocalorías por cada 100 gramos, y presenta una serie de atributos que la convierten en una elección saludable. Entre ellos, destaca su bajo contenido en sodio, grasas saturadas y azúcares, además de ser rica en fibra, lo que favorece la digestión y previene el estreñimiento.
- La harina de maíz o promasa: también ofrece beneficios significativos. Además de compartir características como el bajo contenido en sodio, grasas y azúcares, es una fuente importante de fibra, lo que la convierte en una opción adecuada para quienes buscan mejorar su salud digestiva. Asimismo, contiene ácidos grasos esenciales y fitoesteroles, que, según el centro hospitalario Medicover, pueden contribuir al control de los niveles de colesterol.
- El sagú: aunque su perfil nutricional es más limitado en comparación con las otras dos harinas, se destaca por su bajo contenido en grasas saturadas. Esto lo convierte en una alternativa ligera, aunque menos completa en términos de nutrientes esenciales.
Esta es la harina más saludable
Según CuidatePlus, la harina de trigo parece ser la opción más completa desde una perspectiva de salud. Además de su bajo contenido calórico, es rica en vitaminas como A, B1, B5 y C, que son esenciales para el desarrollo de huesos y dientes, y también contiene magnesio, un mineral que puede beneficiar el sistema nervioso. Estas propiedades la convierten en una elección versátil y adecuada para una dieta equilibrada.
Sin embargo, la elección de la harina más saludable depende en gran medida de las necesidades específicas de cada persona. Por ejemplo, quienes buscan aumentar su ingesta de fibra podrían optar por la harina de maíz, mientras que el sagú podría ser una alternativa para quienes necesitan reducir el consumo de grasas saturadas.
La importancia de elegir harinas integrales
La OMS señala en que el consumo de harinas integrales es clave para mantener una buena salud. A diferencia de las harinas refinadas, las integrales conservan el salvado y el germen del grano, lo que les permite mantener un mayor contenido de fibra, vitaminas y minerales. Esto no solo mejora la digestión, también ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre y a reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
En conclusión, la elección de la harina adecuada debe basarse en un análisis cuidadoso de sus propiedades nutricionales y en las necesidades individuales de cada persona. Ya sea que se opte por la harina de trigo, promasa o sagú, lo importante es priorizar opciones que contribuyan a una dieta equilibrada y saludable.