Una de las personas que aparece en el cartel de los más buscados en Cali, emitido el 16 de diciembre de 2024 por las autoridades tras los disturbios ocurridos en el estadio Pascual Guerrero, aseguró que está siendo víctima de difamación. Según su testimonio, lejos de ser una delincuente, fue una víctima más de los ataques ocurridos aquel día.
El 15 de diciembre se disputó el partido de vuelta de la final de la Copa BetPlay entre América de Cali y Atlético Nacional, en el que el equipo antioqueño se consagró campeón. La entrega del trofeo y la celebración tuvieron que realizarse al interior del camerino verdolaga, luego de que un grupo de hinchas invadiera la cancha y atacara a uniformados de la Policía que se encontraban en la planta baja del estadio, desatando el caos.
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En imágenes de video se observa cómo uno de los agresores utiliza un lanzavengalas desde la tribuna contra los agentes, causándoles afectaciones. Por este y otros actos vandálicos, las autoridades publicaron un cartel con los rostros de los más buscados, ofreciendo una recompensa millonaria por información que permitiera su captura. Las imágenes habrían sido tomadas de las cámaras de seguridad del estadio.
Sin embargo, Ana María, seguidora del América de Cali, afirmó que ha vivido momentos de angustia desde que vio su rostro en televisión y redes sociales. En entrevista con el medio Turbaco, la nadadora profesional y fisioterapeuta rechazó las acusaciones en su contra y contó como fue todo ese desafortunado episodio: “Nunca intenté agredir a nadie porque, como dicen, si uno intentara agredir, te caen cinco”, expresó, teniendo pleno conocimiento que ese es atentar contra servidor público.
Ana María justificó su presencia en el terreno de juego, argumentando que había visto a conocidos en medio de los disturbios y quiso ayudarlos. Posteriormente, se trasladó a la tribuna oriental, donde, según su testimonio, algunos uniformados pidieron ayuda para evacuar a personas afectadas. Fue entonces cuando le solicitaron que auxiliara a un menor de edad.
Después de evacuar al menor, Ana María intentó salir del estadio. Sin embargo, cuando subía las escaleras, una patrullera le hizo una zancadilla, lo que le provocó lesiones en la rodilla. En ese momento, otros agentes comenzaron a golpearla y uno de ellos le asestó un golpe con un bolillo en el ojo: “Lo único que hice fue preguntar por qué me golpeaban si ya estaba saliendo, pero los golpes continuaron”, relató.
Al día siguiente, su madre insistió en llevarla a urgencias debido a la gravedad de las heridas. Ana María aceptó, pero cuando salió de la universidad, recibió mensajes en los que le enviaban la imagen del cartel de los más buscados, donde aparecía su rostro. En ese momento, entendió que no podía acudir al hospital y que primero debía presentarse ante las autoridades para esclarecer la acusación en su contra.
Tras ser incluida en el cartel de los más buscados por los disturbios en el Estadio Pascual Guerrero, Ana María le contó al medio de comunicación citado que decidió presentarse voluntariamente en una estación de Policía para aclarar su situación. Allí, fue atendida por el comisario Diego Valencia, quien le explicó que se le impondría un comparendo educativo y correctivo por haber invadido la pista atlética durante el partido.
Ante esto, Ana María aceptó la sanción, pero preguntó si al firmar dicho comparendo su imagen sería retirada del cartel y su reputación restaurada. Según su testimonio, el uniformado le aseguró que así sería.
Sin embargo, horas después, durante el noticiero del mediodía, el general de la Policía y el alcalde de la ciudad declararon públicamente que no negociarían con delincuentes, lo que la dejó atónita al ver nuevamente su rostro en el cartel difundido por medios y redes sociales.
Ahora, Ana María exige a las autoridades y a la Alcaldía de Cali que rectifiquen la información y limpien su nombre, ya que, según le notificaron en la diligencia policial, su inclusión en el cartel habría sido un error. Asegura que ha sido víctima de una violación al debido proceso, pues la fotografía utilizada en la imagen difundida no fue tomada de los videos de seguridad del estadio.
Además, denuncia una posible falsificación de documento público, ya que se le ha imputado un delito que no cometió: agresión a servidor público.
Por su parte, su abogado ha interpuesto derechos de petición y tutela, argumentando que, si las autoridades hubieran estado seguras de que Ana María cometió un delito, debieron haber procedido con su captura de inmediato en lugar de emitir un cartel de búsqueda.
Fue contundente al afirmar que esta situación, de la que ninguna institución local ni nacional ha querido resolver, le ha costado su desempeño laboral, pues las empresas le niegan ese derecho al ser una persona que está vinculada a un caso con las autoridades a pesar de estar libre de antecedentes penales.