La administración de Donald Trump intensificó su política migratoria con un enfoque en la deportación de inmigrantes ilegales, y entre las más recientes se encuentra la posible medida de expulsión de 2.000 ciudadanos colombianos que participaron en los incidentes violentos durante la final de la Copa América 2024.
Según informó el periodista deportivo Javier Hernández Bonnet en el programa Blog Deportivo, de Blu Radio, estas personas estuvieron involucradas en intentos de ingreso sin boletos al Hard Rock Stadium de Miami el 14 de julio de 2024, lo que derivó en enfrentamientos con las autoridades locales.
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De acuerdo con Hernández Bonnet, estas deportaciones forman parte de un paquete más amplio de 27.000 órdenes de expulsión que el Gobierno estadounidense tiene listas para ejecutar.
El periodista también detalló que los colombianos implicados en los disturbios representan una fracción significativa de estas órdenes, y que las autoridades han estado trabajando para localizar a los responsables, algunos de los cuales lograron abandonar Estados Unidos tras los incidentes.
El periodista también reveló que varios de los implicados lograron escapar hacia Canadá, mientras que otros se ocultaron en diferentes ciudades de Estados Unidos. Sin embargo, las investigaciones permitieron a las autoridades localizar a algunos de ellos en lugares remotos.
Según Hernández Bonnet, quienes no cumplen con los criterios para ser deportados han enfrentado sanciones económicas severas, con multas que alcanzan los 20.000 dólares.
“Hay algunos que alcanzaron a salir de Estados Unidos, especialmente hacia Canadá. Hay otros que se han sabido camuflar, pero han llegado los investigadores hasta lugares remotos para poder sorprender a estas personas (...) Esos son los que estarán deportados, por lo menos 2.000. Hay otro número de residentes colombianos que no dan para ser deportados, pero han tenido que pagar multas de hasta 20.000 dólares”, afirmó el periodista en su intervención en Blu Radio.
Esta medida está dentro de una política migratoria más amplia impulsada por la segunda administración de Donald Trump, que busca soportar el control sobre los inmigrantes ilegales en el país. En los últimos días, 306 colombianos fueron deportados a su país de origen como parte de esta estrategia, lo que generó tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Colombia.
El endurecimiento de estas políticas también responde a la preparación de Estados Unidos para el mundial de fútbol que se llevará a cabo en 2026, un evento que atraerá a millas de turistas internacionales. Según consignó Blu Radio, el gobierno estadounidense busca garantizar un control estricto sobre quienes ingresan y permanecen en el país, con el objetivo de evitar incidentes similares a los ocurridos durante la final de la Copa América 2024.
Además de las medidas migratorias, el gobierno de Trump ha establecido un diálogo constante con la FIFA para implementar sanciones que disuadan a los aficionados de intentar ingresar sin boletos a los estadios. Este esfuerzo busca prevenir que se repitan los disturbios registrados en el Hard Rock Stadium, donde los enfrentamientos entre aficionados y autoridades marcaron un episodio de caos previo al partido entre Argentina y Colombia.
La final de la Copa América 2024, que tuvo lugar el 14 de julio, quedó empañada por estos hechos de violencia, que no solo generaron tensiones en el estadio, sino que también pusieron en evidencia la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en eventos deportivos. de gran magnitud.
La posible deportación de 2.000 colombianos y las multas impuestas a otros residentes han generado preocupación en la comunidad colombiana en Estados Unidos medidas, que teme un aumento en las represivas contra sus integrantes. Esta situación refleja el enfoque de la administración Trump en aplicar sanciones ejemplares para mantener el orden y la seguridad en el país.
Con el Copa Mundo de la FIFA 2026 en el horizonte, las autoridades estadounidenses parecen decididas a implementar controles más estrictos y trabajar en conjunto con organismos internacionales como la FIFA para garantizar que los estadios sean espacios seguros y organizados. Mientras tanto, los colombianos implicados en los disturbios de la Copa América 2024 se enfrentan a un futuro incierto, marcado por la posibilidad de deportación o sanciones económicas significativas.