La Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) concluyó la repatriación de 306 colombianos deportados desde Estados Unidos, en cumplimiento de una directriz del presidente Gustavo Petro. La operación, solicitada por la Cancillería y Migración Colombia, tuvo como objetivo garantizar un regreso seguro y digno para los connacionales que se encontraban en situación de deportación, tras la reciente tensión entre ambos países.
De acuerdo con la FAC, en un comunicado oficial, este esfuerzo refleja “el compromiso del Estado colombiano con la protección y bienestar de sus ciudadanos en el exterior”. Para llevar a cabo la repatriación, se dispusieron aeronaves militares y un equipo de profesionales que aseguraron la adecuada atención de los pasajeros, entre los cuales se encontraban niños, adultos mayores y mujeres en estado de gestación.
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Detalles de la operación y su impacto económico
El 31 de enero, la Fuerza Aeroespacial reveló detalles sobre la operación, incluyendo los recursos empleados para ejecutar el traslado de los deportados. La operación se realizó en tres vuelos: dos el 28 de enero y uno el 29 de enero de 2025, empleando aeronaves Boeing 737-700 de la FAC. Durante los trayectos, los pasajeros contaron con la asistencia de un equipo de médicos militares para atender cualquier complicación de salud.
Además, se destacó la colaboración de las autoridades estadounidenses, quienes facilitaron el proceso de deportación y repatriación de los colombianos. Otro de los aspectos que llama la atención es el costo de la operación, que alcanzó los $2.200 millones de pesos, según informó la FAC.
“La Fuerza Aeroespacial Colombiana, en el marco de su misionalidad, reitera su disposición para atender este tipo de requerimientos cuando sea necesario, garantizando la seguridad y bienestar de los colombianos en situaciones de emergencia”, concluyó la institución en su comunicado.
Según le confirmaron fuentes del Gobierno de Colombia y de Estados Unidos a Noticias Caracol, 27.000 colombianos podrían ser deportados desde el país norteamericano en las próximas semanas, pues ya se cuenta con órdenes oficiales para su salida. En ese contexto, el presidente Gustavo Petro se mostró dispuesto a tomar acciones para mitigar el impacto en los migrantes afectados.
En un diálogo con Univisión, Petro afirmó que en lugar de aceptar los aviones militares estadounidenses para el traslado de los connacionales, utilizaría recursos propios, destacando que el avión presidencial sería puesto a disposición para llevar a cabo las operaciones de repatriación.
La tensión diplomática entre ambos países se originó el domingo 26 de enero, cuando el Gobierno colombiano impidió dos vuelos de deportados programados por Estados Unidos, lo que generó una crisis que aún resuena en las relaciones bilaterales. Este hecho se enmarca en el endurecimiento de las políticas migratorias del Gobierno Trump, que ha acelerado las deportaciones de migrantes en situación irregular.
En respuesta a la situación, otra de las medidas que tomó el Gobierno de Petro es solicitar formalmente a Estados Unidos y Panamá la reprogramación de los vuelos de deportación previstos para el 3 de febrero. Según fuentes de la Cancillería, la solicitud tiene como objetivo coordinar una logística adecuada para la atención humanitaria de los deportados.
A través de un documento enviado a las autoridades de ambos países, se busca posponer la llegada de los vuelos para gestionar mejor el ingreso y la coordinación con las entidades encargadas en Colombia.
Este desarrollo marca un nuevo capítulo en la relación entre los dos países, en el que la magnitud de las deportaciones de colombianos se convierte en un punto crítico en la agenda diplomática. Mientras tanto, la situación sigue siendo una preocupación, pues se busca grarantizar un trato digno y adecuado de los migrantes en su regreso a Colombia.