Macabro hallazgo en Atlántico, fue encontrado un cuerpo decapitado y la cabeza no aparece

La mañana del jueves 30 de enero, el barrio Cachimbero de Soledad, Atlántico, fue escenario de un hallazgo perturbador que alteró la calma de la comunidad. En un sector enmontado, se encontró el cadáver decapitado de un hombre, lo que dejó en shock a los residentes cercanos. La víctima, que presentaba evidentes signos de violencia, fue descubierta en la intersección de la calle 12 con carrera 25.

Inmediatamente, los habitantes dieron aviso a las autoridades, quienes llegaron al lugar para investigar el macabro suceso. El cadáver, que llevaba puesta una camiseta verde, ropa interior azul y calzado tipo Crocs, además de anillos en sus manos, fue inspeccionado por los oficiales, quienes iniciaron la búsqueda de la cabeza de la víctima en los alrededores. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no lograron encontrarla.

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Las autoridades realizaron un acordonamiento de la zona y desplegaron equipos forenses para analizar la escena del crimen en busca de pistas que permitan esclarecer el homicidio. Vecinos del sector aseguraron que no habían escuchado ruidos extraños durante la noche, lo que generó más interrogantes sobre el momento y la forma en que ocurrió el asesinato.

Hasta el momento, la identidad del fallecido no ha sido establecida, por lo que las autoridades hicieron un llamado a la comunidad para proporcionar cualquier información que pueda ayudar en el reconocimiento de la víctima y el esclarecimiento del caso. Se presume que el crimen podría estar relacionado con ajustes de cuentas o hechos de violencia derivados de actividades ilícitas, hipótesis que serán analizadas como parte de la investigación.

El hecho generó gran preocupación entre los habitantes de la zona, quienes manifestaron su temor ante la creciente violencia que se ha registrado en el municipio en los últimos meses. Las autoridades reforzaron la vigilancia en el sector y se comprometieron a intensificar las acciones de seguridad para evitar que hechos similares se repitan.

El número de homicidios dolosos en el departamento del Atlántico alcanzó en 2024 un nivel preocupante, con al menos 948 casos, la cifra más alta registrada en los últimos cinco años. Este tipo de delito se caracteriza por la intención de causar la muerte de otra persona con pleno conocimiento y voluntad.

Barranquilla y su área metropolitana concentraron la mayor parte de estos incidentes, sumando 871 homicidios, según datos del Instituto de Medicina Legal. Sin embargo, las cifras de la Policía Metropolitana mostraron una leve variación, registrando 846 casos en su jurisdicción. Esta diferencia podría deberse a la clasificación de otras muertes violentas o aun sin esclarecer.

El mes de diciembre, tradicionalmente asociado con celebraciones y encuentros familiares, cerró con un balance alarmante: en Barranquilla y su área metropolitana se reportaron 88 homicidios, consolidándolo como uno de los periodos más violentos de 2024, según la Policía. Las autoridades y expertos coinciden en que la mayoría de estos asesinatos son consecuencia de la disputa entre estructuras criminales que operan en la región, como los Costeños, los Pepes, el Clan del Golfo y el resurgimiento de los Papalópez.

El general Edwin Urrego, comandante de la Policía Metropolitana, explicó en entrevista con El Heraldo que del total de víctimas en la zona bajo su vigilancia, 728 murieron en ataques sicariales, mientras que los homicidios derivados de riñas sumaron 67.

“¿Quiénes son las víctimas por los hechos sicariales? Las víctimas de los hechos sicariales, el 53%—lo que equivale a 449 casos—, tenían anotaciones o antecedentes judiciales por diferentes delitos. De ese 53%, el 48%, es decir, 408 casos de homicidio, los teníamos relacionados con las estructuras criminales de la región. De los Costeños hubo 272 afectaciones; de los Pepes, 116; de los Papalópez, 8, y del Clan del Golfo, 12, detalló el alto oficial. Estos datos reflejan la compleja problemática de seguridad en la región y la necesidad de fortalecer las estrategias para combatir la violencia y la criminalidad organizada.