Casi tres años después de su muerte, los secretos de Gilberto Rodríguez Orejuela, uno de los máximos capos del cartel de Cali, siguen conociéndose, esta vez, por cuenta de las confesiones que hizo la mujer que lo acompañó por casi una década, la exreina de Belleza Aura Rocío Restrepo.
En medio de un pódcast Más Allá del Silencio, la entonces pareja de “El Ajedrecista” narró cómo vivió la época en la que los carteles de Cali y Medellín se habían declarado la guerra y cada grupo hacía hasta lo imposible por defender su territorio.
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De hecho, la ahora escritora también narró cómo Rodríguez Orejuela ordenaba a sus empleados “investigar” a las personas sospechosas que llegaban a Cali, especialmente, cuando se movilizaban en vehículos con placas de la capital de Antioquia.
“Nos llegaron a parar en retenes y le decían: ‘Señor, no nos han dado la platica de este mes’. Entonces él llamaba al capitán. Entraba [a Cali] un carro con placas de Medellín; siempre había inteligencia a las entradas de la ciudad y cada que había sospechosos y los capturaban, los muchachos les hacían ‘inteligencia’: que era torturarlos, a veces de acuerdo a la persona que cogieran. Y cuando había alguien muy importante que venía a hacer un daño grande y era ya comprobado, lo llamaban a él”, contó la mujer.
De hecho, Restrepo aseguró que en una de esas ocasiones en la que lo llamaron para apersonarse de la “investigación”, el capo de Cali sufrió un colapso físico por presenciar y liderar las torturas.
“Subió de una al cuarto, derecho al sanitario, arrodillado, vomitando. Y vomitaba y lloraba y me decía: ‘No, yo no puedo estar viviendo esto. Una cosa es dar la orden y decir sí, pásenme la información. Pero tener que sentarme frente a una persona… yo sé que me viene a matar a mi familia, a ti y a acabar la ciudad, pero eso no me quita qué siento cuando doy la orden de póngale la bolsa [en la cabeza] y la persona se está ahogando y lo están torturando y sáquele información’. Decía: ‘Yo no tengo que estar viviendo esto’”, continuó la mujer en el pódcast.
De hecho, Restrepo aseguró que Gilberto Rodríguez lloraba y pedía perdón a Dios por ordenar dichas torturas e, incluso, lamentaba hacer parte de uno de los carteles de droga más poderosos del país.
“Él decía que si pudiera retroceder el tiempo, él entregaría todo el dinero que tenía por retroceder el tiempo y compartir con sus hijos y tener una vida normal, y evitarse todo eso, y lloraba, pero era muy tarde. Ya no había reversa”, comentó Restrepo.
Además, la exreina y ahora conductora de plataformas digitales, indicó que el nivel de infelicidad del excapo fue tan fuerte, que tuvo que recurrir a los antidepresivos para continuar con los negocios ilícitos, a pesar de la multimillonaria fortuna que logró amasar comercializando droga.
“Lloraba y, en muchas ocasiones, este hombre fuerte, prepotente, con tanto dinero y tanto poder, porque él no sabía cuánto dinero tenía, y me decía: ‘mija, tan organizado que soy yo con la plata y hace mucho tiempo perdí la cuenta del dinero que tengo. A ese punto llegué’, pero era infeliz. Tenía que tomar antidepresivos todo el tiempo”, comentó Aura Rocío.
A pesar de sufrir por la crueldad de la guerra con Pablo Escobar, Restrepo confesó que Gilberto Rodríguez Orejuela rompió su pacto con el capo de Medellín de no perseguir a su familia.
Según indicó, esa fue la única forma de lograr derrocar a uno de los más temidos narcotraficantes del país. “Gilberto no le hacía inteligencia a la familia, pero Castaño (de los Pepes) le decía ‘por ahí no es’. La debilidad de Pablo Escobar era su esposa y sus dos hijos. A eso viajó Castaño a Cali, a decirle ‘don Gilberto, ya no más. Hay que meternos con la familia para que el tipo saque la cabeza, si no nunca vamos a ganarle’”, señaló la entonces pareja de El Ajedrecista.