El caso de Ada Evelyn Ardila Pérez, que falleció luego de someterse a una liposucción en un quirófano clandestino en el centro de Medellín (Antioquia), fue catalogado como homicidio, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Según informó el organismo, luego de tres meses de investigaciones, se determinó que existió una intención deliberada de acabar con la vida de la mujer de 38 años.
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Según la reconstrucción de los hechos, la víctima acudió el 27 de octubre de 2024 a un establecimiento improvisado ubicado en el segundo piso del edificio San Ignacio, en el sector Girardot, de Medellín.
Este lugar, que no contaba con las condiciones mínimas para realizar intervenciones quirúrgicas, fue el escenario donde la víctima perdió la vida.
Según consignó Medicina Legal, el cuerpo de la mujer fue abandonado con el abdomen abierto, sin medidas de asepsia adecuadas, luego de que los supuestos cirujanos huyeran del lugar.
Más sobre la intervención clandestina
Ada Evelyn, oriunda de Planeta Rica, Córdoba, y residente del barrio Castilla, en Medellín, acudió al lugar con la intención de someterse a una liposucción. Según los testimonios de sus allegados, el procedimiento comenzó alrededor de las 5:30 p. m., pero apenas diez minutos después, la mujer empezó a gritar de forma constante, lo que alertó a quienes la acompañaban.
Aproximadamente a las 6:45 p. m., los familiares observaron cómo los dos supuestos cirujanos y una mujer que actuaba como enfermera salían del sitio. Uno de ellos afirmó que la paciente estaba delicada de salud y que llamarían una ambulancia para trasladarla a un centro médico.
Sin embargo, los tres abandonaron el edificio en un vehículo particular, dejando a la mujer en estado crítico.
Cuando los familiares ingresaron al lugar, encontraron a Ada Evelyn convulsionando. Minutos después, llegó la ambulancia que los responsables habían solicitado antes de huir.
Los paramédicos confirmaron que la mujer ya no tenía signos vitales y que su cuerpo había sido dejado en condiciones deplorables, con el abdomen abierto y sin ningún tipo de cuidado médico adecuado.
En cuánto al edificio San Ignacio, donde se realizó la intervención, alberga oficinas y algunas residencias, pero carece de las instalaciones necesarias para llevar a cabo procedimientos médicos. Según las autoridades, el lugar contaba únicamente con una camilla que no cumplía con los estándares básicos para realizar cirugías.
Durante las labores judiciales realizadas por agentes de la Sijín de la Policía Metropolitana, se encontraron cuatro equipos médicos, una cédula de ciudadanía, una licencia de conducción y un carné de la Asociación Colombiana de Medicina y Cirugía Estética. Estos elementos fueron siendo analizados como parte de la investigación para identificar a los responsables.
Con base en las descripciones físicas de los tres implicados en el procedimiento, las autoridades han avanzado en su búsqueda. Según detalló Medicina Legal, los responsables podrían enfrentar cargos por las irregularidades detectadas en el lugar, que ha sido catalogado como una “clínica de garaje”.
El caso de Ada Evelyn Ardila Pérez pone nuevamente en evidencia los riesgos asociados a las intervenciones estéticas realizadas en espacios clandestinos y sin supervisión médica adecuada. Las autoridades han reiterado la importancia de verificar la idoneidad de los profesionales y las condiciones de los lugares donde se realizan este tipo de procedimientos, con el fin de evitar tragedias similares.
Este caso evidencia la necesidad de fortalecer la prevención y la educación en salud. Es fundamental que la ciudadanía verifique la certificación de los establecimientos y la idoneidad de los profesionales antes de someterse a cualquier procedimiento.
Asimismo, las autoridades deben intensificar las inspecciones, imponer sanciones efectivas y asegurar que los pacientes cuenten con información clara sobre los riesgos asociados.