La deportación es uno de los procesos más traumáticos que cualquier persona puede enfrentar, especialmente cuando se trata de una situación inesperada y la incertidumbre lo domina todo.
Esto fue lo que vivió Natali Paez, una usuaria de TikTok que compartió su experiencia personal al ser deportada de Estados Unidos, por lo que a través de sus relatos describió un proceso lleno de incomodidad, angustia y abuso por parte de las autoridades migratorias de ese país.
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Un viaje que se convirtió en pesadilla
Natali Paez comenzó por explicar que, hace aproximadamente cinco años, llegó a Nueva York a primera hora de la mañana, pero nunca imaginó que su sueño de visitar a su hermana se convertiría en una pesadilla.
A las 5:30 a. m., como cualquier viajero ansioso por visitar la ciudad que nunca duerme, ella aterrizó con la esperanza de ver a su hermana y disfrutar unos días de vacaciones.
Sin embargo, lo que ocurrió después la marcaría para siempre: “No tenía acceso a mi maleta, no tenía nada que comer, estaba completamente incomunicada”, explicó Paez, que describió cómo, a pesar de haber llegado con tiempo suficiente para hacer el trámite de migración, las horas comenzaron a pasar sin que nadie le diera información alguna sobre su situación.
De acuerdo con el relato de Paez, el tiempo de espera se alargaba interminablemente sin ningún tipo de apoyo, por lo que la ansiedad comenzó a apoderarse de ella mientras las horas se deslizaban sin tener noción de cuánto tiempo había pasado: “No tenía reloj, no sabía qué hora era”, explicó.
Finalmente, fue llamada a la ventanilla donde un agente de inmigración le informó de la cancelación de su visa y le comunicó que no tenía derecho a ingresar al país.
Como única opción, le ofrecieron hacer una llamada a su familia, informando de su deportación y el vuelo de regreso que tomaría al día siguiente, por lo que la conversación con su madre fue desgarradora: “Apenas escuché a mi mamá, me ataqué a llorar”.
La impotencia de hablar con su mamá
Con voz quebrada, le dijo a su madre que sería deportada y que tomaría el primer vuelo de regreso a Colombia, incluso, aseguró que el impacto de escuchar la voz de su madre, preocupada y angustiada, solo añadió dolor a la situación ya de por sí angustiante.
Sin embargo, el trato del oficial que atendió a Natali Paez empeoró las cosas aún más, pues a pesar de su sufrimiento, el agente se burló de ella, lo que le generó una sensación de humillación profunda: “Se rio en mi cara”, aseguró, mientras recordó cómo el oficial desestimó su preocupación por su familia, diciéndole que “no le pasaría nada”.
Para Natali Paez, los momentos de incomodidad no cesaron, pues el protocolo de seguridad le obligó a ser acompañada por una agente mientras iba al baño, una experiencia que, aunque dentro de lo esperado, le resultó sumamente invasiva y humillante: “Me imagino que es parte del protocolo, pero fue incómodo”.
Sin embargo, la situación continuó empeorando cuando le pusieron una tobillera de seguridad, por lo que en ese momento reconoció no creer lo que le estaba sucediendo, pues fue un acto que no solo la incomodó físicamente, también la afectó emocionalmente, sintiendo que no merecía ese trato.
En medio de tanto caos, un pequeño alivio llegó cuando un oficial le informó sobre un área para descansar, aunque el cuarto no ofrecía mucho confort, al menos le permitió dejar de estar en una sala de espera interminable. “En este cuarto tenemos camas, baño y pueden esperar tranquilos”, le dijeron, lo que le permitió descansar en lo que quedaba de su agobiante jornada.
Aunque el proceso de deportación ya estaba definido, Natali Paez no podía evitar sentirse vacía, confundida y decepcionada, pues la experiencia le dejó una sensación de impotencia y frustración que compartió con sus seguidores en TikTok.