La relación diplomática entre Colombia y Estados Unidos, tras la posesión del presidente Donald Trump, pasa por un momento crítico. Y todo por los anuncios que, a través de sus redes sociales, ha hecho el presidente de la República, Gustavo Petro, que desató una reacción de proporciones inesperadas por parte de su interlocutor: motivada tras la negativa de recibir a un total de 160 ciudadanos colombianos deportados del país norteamericano.
Aunque el ánimo de la confrontación bajó y se dio reversa a los anuncios de lado y lado, en especial del mandatario estadounidense, que había confirmado duras medidas, como el aumento al 50% en el valor de los aranceles de productos que se exportan hacia los EE. UU., aparte de la cancelación de visas a funcionarios, familiares e incluso, seguidores de Petro, el accionar del primer mandatario causó molestia entre los propios miembros de su gabinete: como sería el caso del canciller Luis Gilberto Murillo.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Según informó Julio Sánchez Cristo, director de W Radio, estas tensiones habrían generado discrepancias, al parecer, irreconciliables a corto plazo entre el mandatario y el ministro; el mismo que será reemplazado por Laura Sarabia, hoy directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), y que fue la escogida por Petro para asumir, a sus 30 años, la responsabilidad de liderar la política exterior de Colombia.
Sánchez Cristo aseguró que Murillo “está muy molesto con el presidente”, lo que habría complicado aún más la gestión de la crisis con Washington. El periodista agregó que el funcionario expresó su inconformidad en medio del conflicto diplomático que involucró sanciones por parte del Gobierno estadounidense y respuestas críticas del presidente Petro. Y por el que tuvo que poner la cara en su pronunciamiento, en la noche del domingo 26 de enero.
Los detalles de la pelea entre Luis Gilberto Murillo y Gustavo Petro
De acuerdo con W Radio, Murillo, cuyo papel ha sido clave en la intermediación con Estados Unidos, estuvo en contacto con actores relevantes en el Gobierno de ese país para calmar la situación. Entre ellos, Richard Grenell, enviado especial para temas de Venezuela durante el Gobierno de Trump, además de sostener conversaciones con importantes congresistas del Partido Republicano; en gestiones que habrían sido claves para desenredar la dura situación que tuvo su origen en las publicaciones del jefe de Estado.
A su vez, de acuerdo con el relato de Sánchez Cristo, al menos 10 cancilleres -cercanos a Murillo- ofrecieron su apoyo para reducir las crecientes tensiones entre Bogotá y Washington.
Con su salida del Ministerio de Relaciones Exteriores ya en proceso, el funcionario planeó trasladarse a la capital norteamericana en un esfuerzo por delinear una estrategia que permita encauzar la resolución de conflictos pendientes con el gobierno del presidente Joe Biden. Según Sánchez Cristo, Murillo aspiraba a “dejar un mapa que el Gobierno tiene que cumplir” como hoja de ruta para el manejo de las relaciones bilaterales.
El periodista remarcó que el canciller es consciente de la importancia de este vínculo diplomático y expresó su deseo de continuar colaborando, aunque ya no forme parte del gabinete de Petro; con el que ya no tendría la misma cercanía que lo llevó, por ejemplo, a unirse a su Gobierno pese a haber sido fórmula vicepresidencial del excandidato Sergio Fajardo. “Para él, esta es una relación que se debe cuidar muchísimo y en la que él trabajó”, aseguró el comunicador.
Aunque todavía no se conocen los detalles exactos de los pasos que dará el Gobierno colombiano para manejar la crisis, es evidente que el trabajo del canciller saliente será crucial. “(Murillo) seguirá ayudando con las autoridades en Estados Unidos”, explicó Sánchez Cristo, que reiteró que la labor del funcionario próximo a salir no solo incluye su viaje a Washington, sino la mediación con figuras clave para restablecer la estabilidad en el vínculo bilateral.