El domingo 26 de enero, una crisis diplomática de alto impacto se desató entre Colombia y Estados Unidos tras la devolución de dos vuelos con migrantes deportados. Este acto desencadenó una serie de represalias por parte de Washington, incluyendo la imposición de aranceles del 25% sobre productos colombianos, que podrían haber aumentado al 50% en una semana, y la revocación de visas para altos funcionarios colombianos y sus familias. Sin embargo, la intervención de Mauricio Claver-Carone, designado por el presidente Donald Trump como encargado del Departamento de Estado para América Latina, resultó crucial para resolver el conflicto en cuestión de horas.
De acuerdo con la información proporcionada por el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García Peña, Claver-Carone actuó como el enlace directo entre ambos gobiernos, facilitando un diálogo que permitió superar el impasse antes de la medianoche del mismo día. “Quiero resaltar que todo fue con un tono muy comprensivo y amable. Ellos estaban reunidos en Washington, y nosotros en permanente contacto con Petro. La relación se mantiene sobre el respeto y la interlocución”, afirmó García Peña, destacando el papel fundamental del funcionario estadounidense en las negociaciones.
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La crisis comenzó cuando el Gobierno colombiano decidió devolver dos vuelos con migrantes deportados desde Estados Unidos, lo que fue interpretado por la administración de Trump como un acto de desafío. En respuesta, Washington anunció medidas económicas severas, como la imposición de aranceles sobre productos clave, entre ellos café, flores, textiles y petróleo, sectores que representan pilares fundamentales de la economía colombiana. Además, se ordenó la cancelación inmediata de visas para altos funcionarios del Gobierno de Gustavo Petro y sus familias, aumentando la presión sobre Bogotá.
Estas medidas fueron acompañadas de un cruce de declaraciones entre los mandatarios de ambos países. Mientras Trump endurecía su postura, Petro utilizaba las redes sociales para expresar su desacuerdo, lo que inicialmente dificultó el avance hacia una solución. Sin embargo, el cuerpo diplomático colombiano, liderado por el canciller Murillo, el embajador García Peña y la canciller entrante, Laura Sarabia, optó por buscar una salida dialogada. Fue en este contexto donde la figura de Claver-Carone emergió como un mediador clave.
Tras horas de intensas negociaciones, el conflicto se resolvió cerca de las 11:00 p. m. del domingo, cuando tanto la Casa Blanca como la Cancillería colombiana anunciaron que se había alcanzado un acuerdo. Colombia aceptó las condiciones de deportación impuestas por Estados Unidos, lo que permitió la suspensión de las sanciones comerciales y la revocación de otras medidas punitivas. Este desenlace, aunque efectivo para evitar una escalada mayor, contrastó con la postura inicial expresada por Petro en sus redes sociales, lo que generó cuestionamientos sobre la coherencia de su estrategia.
¿Quién es Mauricio Claver-Carone?
El papel de Mauricio Claver-Carone en la resolución de esta crisis no es casualidad, ya que su trayectoria lo posiciona como una figura influyente en la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina. Nacido en Miami, Florida, en 1975, Claver-Carone es hijo de padre español y madre cubana. Es abogado con una maestría en Derecho Internacional y Comparado de la Universidad de Georgetown, y su carrera ha estado marcada por su ascenso en los círculos de poder en Washington.
Durante el primer mandato de Trump, Claver-Carone fue nombrado asistente especial del presidente y director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional. Desde este puesto, lideró una campaña de máxima presión contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y respaldó públicamente al opositor Juan Guaidó, que en ese momento era reconocido como presidente interino. En 2020, Trump lo promovió a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), convirtiéndolo en el primer estadounidense en ocupar este cargo desde la fundación de la entidad en 1959.
Aunque su nombramiento en el BID rompió con la tradición de que esta institución fuera dirigida por un latinoamericano, su gestión no estuvo exenta de controversias. Claver-Carone fue destituido en 2022 tras una investigación que reveló una relación romántica con una subordinada, lo que violaba las normas éticas de la entidad. Este escándalo, que involucró a una asistente de origen colombiano, marcó el final de su mandato en el BID, pero no disminuyó su influencia en los asuntos hemisféricos.
No obstante, queda claro que la figura de Mauricio Claver-Carone fue determinante para evitar una escalada mayor en las tensiones entre Colombia y Estados Unidos. Su capacidad para mediar en momentos críticos refuerza su posición como una ficha clave en la política exterior de Washington hacia América Latina.