Luego de que aterrizaran en el país los 210 colombianos que el gobierno de los Estados Unidos deportó por ingresar de manera irregular, se siguen conociendo los relatos de los presuntos malos tratos que habrían recibido por parte de las autoridades migratorias de ese país.
De acuerdo con los testimonios de algunos de los deportados, las condiciones a las que fueron sometidos durante su detención en Estados Unidos fueron extremadamente precarias, lo que, según ellos, vulneró sus derechos fundamentales.
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José Erick, uno de los colombianos deportados, relató los momentos de angustia que vivió, describiendo un trato que calificó como “inhumano”. Además, explicó que fue trasladado desde California a El Paso, Texas, después de que el Gobierno colombiano rechazara inicialmente recibir los vuelos con deportados.
Sin embargo, José encendió las alarmas cuando reporto que, mientras eran trasladados desde California hacia Colombia en el vuelo norteamericano que no pudo ingresar al país, se presentó una emergencia médica que involucró a una colombiana con problemas de corazón.
“Hubo personas a las que les quitaron su bastón (…) Una señora tenía problemas del corazón y aun así la llevaron sin consentimiento alguno y tuvo un ataque, por lo que tuvimos que parar en Houston para que la cuidaran y la revisaran”, comentó.
Según su testimonio, las condiciones en las que se encontraban en California eran especialmente difíciles. “No nos dijeron nada, las condiciones fueron horribles. Nos esposaron, nos agarraron como prisioneros y nos trataron supermal”, afirmó.
Además, denunció que durante su detención estuvieron incomunicados, sin la posibilidad de contactar a sus familias en Colombia. “No nos dejaron llamar a Colombia, no nos dejaron llamar a nuestras familias”, agregó.
El migrante también señaló que durante su tiempo bajo custodia no se les permitió mantener una higiene básica. “Nos dejaron sin bañar durante cinco o seis días, todo fue horrible”, aseguró.
Según su relato, la situación mejoró ligeramente tras ser trasladados a Texas, aunque el trato seguía siendo degradante. “En El Paso todo mejoró un poco, pero realmente seguían riéndose en nuestras caras”, comentó.
Otro de los aspectos que José Erick destacó fue la confiscación de sus pertenencias personales. Según explicó, las autoridades estadounidenses les obligaron a deshacerse de sus objetos personales y solo les permitieron conservar una pequeña bolsa con algunas pertenencias esenciales.
“Nos quitaron los cordones de los zapatos y la ropa. No entiendo el por qué, realmente no era algo que tuvieran que hacer”, señaló.
En esa bolsa, José Erick únicamente pudo guardar los documentos con los que esperaba solicitar asilo en Estados Unidos, un proceso que, según él, planeaba realizar de manera legal. Sin embargo, afirmó que no tuvo la oportunidad de ser escuchado. “Ni siquiera me escucharon”, lamentó.
José Erick también se refirió a los calificativos utilizados por el expresidente Donald Trump para describir a los migrantes, señalando que los acusaba de ser “narcotraficantes y asesinos”. Según el colombiano, estas declaraciones forman parte de una estrategia para culpar a los migrantes de los problemas internos de Estados Unidos. “Quieren echarle la culpa de sus problemas a los migrantes que no se pueden defender”, afirmó.
El migrante denunció que durante su detención no se les otorgaron derechos básicos ni se les permitió defenderse legalmente. “No nos dieron derechos ni nos leyeron nada. Nos hicieron firmar documentos obligados y realmente fue un trato inhumano”, concluyó.
El grupo de más de 200 migrantes colombianos deportados desde Estados Unidos aterrizó este martes, 28 de enero, en la base militar de Catam, en Bogotá, tras una serie de tensiones diplomáticas entre ambos países.
El presidente Gustavo Petro inicialmente se negó a permitir el aterrizaje de los aviones militares estadounidenses que transportaban a los deportados, en protesta por las condiciones en las que se encontraban. Este gesto generó una crisis diplomática que culminó con la llegada de los migrantes en aeronaves de la Fuerza Aeroespacial Colombiana.