Cerca de 20 horas duró el remolino diplomático que acaparó la atención en las redes sociales y los medios de comunicación por el rifirrafe que causó el presidente Gustavo Petro con el gobierno de Estados Unidos, en cabeza del reciente posesionado Donald Trump.
Fue en la madrugada del lunes 27 de enero que el Gobierno colombiano, a través de una rueda de prensa que lideró el canciller Luis Gilberto Murillo, anunció que las medidas sancionatorias de Estados Unidos a Colombia quedaron congeladas. Lo anterior sucedió luego de que el gobierno de Petro aceptara todos los términos y condiciones del país norteamericano para las deportaciones de migrantes ilegales.
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Debido a la intensidad de los pronunciamientos de Gustavo Petro en X, no se esperaba que, durante las horas de la noche en Colombia, se anunciara que el país aceptó los vuelos con deportados y que ya no habría sanciones arancelarias. Esto generó una ola de memes relacionados con la polémica, alimentada por los numerosos insumos textuales que dejó el tema, especialmente el extenso mensaje en el que Petro respondió a Donald Trump y anunció un aumento del 50% en los aranceles para las importaciones de productos provenientes de Estados Unidos.
Algunos usuarios hicieron alusión a un meme clásico para los colombianos: la foto de hinchas del Junior de Barranquilla celebrando un título que nunca ganó el equipo por una noticia falsa.
Otros memes hacen referencia a la diferencia ideológica evidenciada, una vez más, ente Petro y Trump.
También volvió el clásico “casi te gano”, proveniente de la saga Rápidos y Furiosos.
Otros de los memes hacen referencia al paso a paso, a la línea cronológica del impasse que inició el 26 de enero a las 3:41 de la mañana con la ola de publicaciones del presidente Petro y que culminó unas 20 horas después con comunicados de ambos gobiernos, desde las respectivas cías diplomáticas.
Un pulso que puso a correr a la diplomacia colombiana
En un escenario marcado por tensiones diplomáticas y comerciales, el Gobierno colombiano ha llegado a un acuerdo con la administración de Estados Unidos para permitir vuelos con deportados colombianos. Esta decisión pone fin, al menos temporalmente, a una crisis que amenazaba con desatar graves consecuencias económicas para Colombia.
La controversia se desató cuando el Gobierno colombiano, liderado por Gustavo Petro, rechazó inicialmente recibir vuelos con nacionales deportados desde Estados Unidos, argumentando que las condiciones del proceso no garantizaban la dignidad de los retornados. En respuesta, la administración estadounidense, presidida por Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 25% a las importaciones colombianas, con una escalada al 50% si el desacuerdo persistía. Además, Washington aplicó restricciones bancarias y fiscales, revocó visados a funcionarios del Gobierno colombiano y condicionó el levantamiento de estas medidas al cumplimiento de los acuerdos alcanzados.
El conflicto generó una fuerte reacción en los ámbitos político y económico de Colombia. Dada la alta dependencia comercial del país con Estados Unidos, donde se dirige una cuarta parte de sus exportaciones, incluidos productos clave como petróleo, café y flores, las sanciones habrían tenido un impacto significativo. Aunque Colombia mantiene un déficit comercial con su principal socio en el hemisferio, la posibilidad de un embargo comercial escalado amenazaba con afectar gravemente sectores productivos que emplean a cientos de miles de personas.
Finalmente, en un esfuerzo por evitar mayores consecuencias, el Gobierno colombiano accedió a las exigencias de Washington. La Casa Blanca confirmó que Colombia permitirá el ingreso de nacionales deportados sin restricciones, incluso en aeronaves militares estadounidenses. A pesar de esta concesión, las autoridades colombianas enfatizaron que garantizarán condiciones dignas para los repatriados, comprometiéndose a proporcionar atención y apoyo a quienes regresen bajo estas circunstancias.