La región del Catatumbo, ubicada en Norte de Santander, ha sido nuevamente escenario de un cruento episodio de violencia. En las últimas horas, las autoridades confirmaron el hallazgo de 13 cuerpos en el corregimiento de La Cecilia, municipio de Teorama.
Las víctimas, aparentemente integrantes del Frente 33 de las disidencias de las Farc, fueron encontradas en las veredas Vegas de Oriente, San José de Vegas y El Rosario. Este hallazgo deja en evidencia la intensidad del conflicto armado que azota la zona.
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El Catatumbo es una región marcada históricamente por la presencia de diversos grupos insurgentes. Actualmente, el ELN y las disidencias del Frente 33 de las Farc libran una sangrienta lucha por el control territorial y las rutas del narcotráfico. Estas confrontaciones, que se intensificaron en las últimas semanas, han provocado una grave crisis humanitaria.
De acuerdo con la información recopilada por Semana, el personero de Teorama, Celso Rincón, detalló que los combates han dejado, hasta el momento, 13 muertos, entre ellos tres menores de edad de entre 14 y 16 años. “Lastimosamente, encontramos 13 cuerpos sin vida, 11 hombres y 2 mujeres. Entre las víctimas hay tres menores de edad”, declaró Rincón. Las autoridades aún trabajan en la identificación de los fallecidos, pero los primeros indicios apuntan a que pertenecían al Frente 33.
Líderes comunitarios y las autoridades locales han informado que el ELN inició una “cacería” contra los integrantes del Frente 33 de las disidencias de las Farc, lo que habría desencadenado los violentos enfrentamientos. Además de los muertos, se reportaron cuatro heridos, dos de los cuales fueron entregados por los grupos armados a la comunidad para recibir atención médica, mientras que los otros dos fueron llevados con rumbo desconocido.
El uso de menores de edad en el conflicto es una de las aristas más preocupantes. “Hablamos de jóvenes que tenían entre 14 y 16 años. Esto es una evidencia clara de cómo los grupos armados están reclutando a nuestros niños, truncando sus vidas y violando flagrantemente los derechos humanos”, lamentó Rincón.
La guerra entre el ELN y las disidencias de las Farc ha generado un desplazamiento masivo de campesinos y pobladores hacia municipios cercanos como Cúcuta, Tibú y Ocaña. Según cifras recientes, más de 40,000 personas han sido desplazadas en el Catatumbo debido al conflicto, mientras que unas 12,000 permanecen confinadas por temor a quedar atrapadas en los enfrentamientos.
La Defensoría del Pueblo y organizaciones humanitarias han alertado sobre la necesidad de una intervención inmediata del Estado para proteger a la población civil y garantizar el respeto a los derechos humanos. Según informaciones de las comunidades, podría haber más cuerpos sin vida en zonas rurales, lo que podría elevar el número de víctimas.
Balance de las autoridades
El secretario de Seguridad de Norte de Santander, George Quintero, confirmó que los cuerpos serán trasladados a un punto seguro para adelantar la inspección técnica y, posteriormente, serán llevados a Ocaña o Cúcuta. La Gobernación también informó que, hasta el momento, se han confirmado 41 muertes relacionadas con esta escalada del conflicto, incluyendo líderes sociales, firmantes de paz y menores de edad.
El miedo también se ha intensificado en las comunidades por la siembra masiva de explosivos anunciada por el ELN, como estrategia para contener tanto a las disidencias como a la fuerza pública. Este hecho dificulta aún más el acceso de ayuda humanitaria y la implementación de estrategias de seguridad por parte del Estado.
Reclutamiento y economía ilícita
El reclutamiento forzado de menores es una práctica recurrente en la región, agravada por la falta de oportunidades educativas y laborales. Los grupos armados aprovechan la vulnerabilidad de los jóvenes para involucrarlos en actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico y el conflicto armado.
La economía ilícita, sostenida principalmente por el cultivo de coca, es el motor de la violencia en el Catatumbo. Las disidencias de las FARC y el ELN luchan por el control de estas actividades, lo que ha llevado a un recrudecimiento de los enfrentamientos y ha dejado a la población civil atrapada en medio del fuego cruzado.
Ante esta crisis, las autoridades locales y los líderes comunitarios hacen un llamado urgente al gobierno nacional para que intervenga de manera decidida en la región.