Un bochornoso hecho de violencia y falta de cultura ciudadana se registró en la tarde del viernes 24 de enero de 2025, en el oriente de Cali, luego de que la Secretaría de Movilidad, junto con autoridades locales, instalaran un operativo de control que aparentaba ser de rutina y sin contratiempos.
No obstante, serían los “veedores ciudadanos”, que se convirtieron en un problema para las autoridades, quienes habrían originado los enfrentamientos entre las autoridades y conductores de ese sector de la ciudad.
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Al respecto, el secretario de Seguridad de Cali, Jairo García, enfatizó en que los operativos de control en diferentes puntos de la ciudad continuarán; asimismo, las labores para garantizar la seguridad de los caleños.
“Desde la administración distrital queremos reiterar que vamos a continuar con las operaciones y los controles en toda la ciudad. Vamos a seguir ejerciendo la autoridad para garantizar la seguridad y la tranquilidad de todos los caleños, tanto con la Policía Metropolitana como con los agentes de Tránsito”, indicó.
El funcionario de la administración de Alejandro Éder sostuvo que aquellos desadaptados que interfieran en los operativos y generen daños en bienes y a funcionarios públicos recibirán las medidas correctivas ejemplares.
“(...) reiterar que cualquier afectación a bienes públicos afecta el normal desarrollo de la vida de los caleños, la afectación sobre los buses del MÍO afecta, el transporte de los caleños y por último cualquier daño a bien público cualquier afectación con violencia a servidores públicos cualquier llamado a la violencia, tendrá consecuencias jurídicas penales y policivas”, complementó en el pronunciamiento oficial.
Por último, invitó a la ciudadanía a que acaten las normas de convivencia y prime el respeto a este tipo de intervenciones. “De esa manera, reiterarle a los caleños un llamado al respeto un llamado al apoyo a la presencia de la autoridad que está garantizando”, puntualizó.
Así ocurrió asonada que provocó daños en buses del Mío y patrullas policiales
La tarde del viernes 24 de enero de 2025, se produjeron disturbios en el oriente de Cali, aparentemente desencadenados por operativos de control de movilidad y la presencia policial en el área. Los eventos comenzaron como una intervención de las llamadas “veedurías de Movilidad” en retenes organizados por la Secretaría de Movilidad, pero pronto derivaron en enfrentamientos entre habitantes del sector y las autoridades, según los reportes del hecho.
Disturbios y bloqueos se hicieron presentes cuando algunos residentes reaccionaron incendiando llantas y obstruyendo vías principales. Personas identificadas con chalecos que acreditan la defensa de los Derechos Humanos se encontraban en el lugar, quienes intentaron dialogar con miembros de la Policía Metropolitana para tratar la situación y evitar una escalada del conflicto, pero no fue posible.
Así operan los “veedores de movilidad” en controles en Cali
Cabe señalar que en agosto de 2024, la Secretaría de Movilidad de Cali denunció ante la Fiscalía General de la Nación a un grupo de personas señaladas de “entorpecer sistemáticamente los operativos de tránsito” en la ciudad. Estas acciones, presuntamente orquestadas, fueron calificadas por las autoridades como parte de una estrategia para desafiar y obstaculizar el cumplimiento de las normativas viales implementadas en el territorio.
Según una investigación de El País, estas personas, que se autodenominan “veedores”, operan bajo un patrón común en diferentes sectores de Cali. Utilizando megáfonos y teléfonos celulares, los implicados se presentan en los puntos de control de tránsito, registran en video las actuaciones de los agentes y demandan la identificación de los funcionarios públicos, a pesar de que esta no es una obligación durante los procedimientos.
De hecho, una fuente interna de la Secretaría de Movilidad destacó al medio que los argumentos de este grupo para cuestionar la legalidad de los operativos carecen de fundamento sólido. Además, comentó que el comportamiento de los supuestos veedores no solo interrumpe el trabajo de las autoridades, sino que fomenta un ambiente de tensión.