Al inicio de esta semana, Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García, uno de los máximos jefes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) publicó una columna con la que justificó la cruenta guerra que mantienen contra el Frente 33, de las extintas Farc, en la ya convulsionada región del Catatumbo (Norte de Santander) que deja un trágico saldo de decenas de muertos y casi 40.000 desplazados.
En ella responsabilizó que parte de esa confrontación era consecuencia del acuerdo de paz con la desaparecida guerrilla, ya que los miembros que no se acogieron al mismo se aliaron con el Ejército Nacional para acabar con los miembros de su grupo armado organizado y que el detonante final fue la masacre del sepulturero de Tibú, Miguel Ángel López Rojas, su esposa Zulay Durán Pacheco y su bebé de nueve meses.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel
De hecho, el jueves 23 de enero, esa organización dio a conocer un nuevo video con el que anunciaron que no cesarán las hostilidades armadas hasta dominar la paleada región nortesantandereana y reiteraron que las mismas eran consecuencia de ese proceso con el que las Farc renunció a la lucha armada.
“Facilitó el rearme de muchos excombatientes que hoy integran el denominado Frente 33 que al no poder recomponerse como proyecto insurgente, entraron en degradación y que hoy nos obliga a confrontarlos”, señalaron en un aparte de la grabación.
Ante ese amenazante señalamiento, el que fuera el máximo jefe del último secretariado de la otrora guerrilla, Rodrigo Londoño, también recordado por antiguo nombre de guerra ‘Timochenko’, cuestionó a ‘García’ y aseguró que si no los “acabó la ultraderecha” tampoco lo haría el ELN, esto en reproche por el asesinato que han perpetrado en el Catatumbo de firmantes del acuerdo de 2016.
A través de una misiva, el ahora presidente del Partido Comunes, criticó que el ELN hubiera respaldado inicialmente a ‘Richard’ y ‘John Mechas’, de las disidencias y que luego los confronten en el Catatumbo, para así justificar los crímenes en contra de los excombatientes.
“Se abrogan el derecho de matar a todos los que a su juicio colaboran con él. Como si los habitantes de los territorios no vivieran entre dos fuegos, obligados a servir a unos u otros. Los firmantes en el Catatumbo, asediados por el ELN, el EPL, las disidencias y las mafias son hoy campesinos, hombres de paz, que sufren las mismas presiones que todos allá”, afirmó.
Recordó, además, que ese tipo de violencia que están ejerciendo en la zona de frontera, fue la que llevó a la debacle a su antiguo grupo armado organizado, que perdió en ese momento el respaldo popular, la base de los grupos insurgentes, una reflexión en la que coincidieron con Nicolás Rodríguez Bautista alias Gabino, otro de los jefes ‘elenos’.
“La experiencia nos enseñó que matanzas como las que realiza hoy el ELN en el Catatumbo jamás producirán ninguna revolución. Una lucha armada de tantos años se degrada. Lo vivimos, lo reconocemos. Personalmente traté varias veces el tema con Gabino, sorprendidos los dos por la descomposición que hacía metástasis en las dos organizaciones”, reveló.
Finalmente señaló que la organización de ‘García’ ahora actuaba como lo hacían las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) emprendiéndola contra la población civil y esto tendrá la consecuencia de que en el futuro no se vuelva a elegir a una administración progresista.
“Cualquier colombiano o colombiana, en cualquier calle o vereda, condena hoy al ELN, lo iguala al paramilitarismo, cosa que la absurda obstinación de sus dirigentes se niega a ver. No sólo han hecho ruina de la política de paz, equivocada o no, del actual gobierno. Han contribuido a desprestigiar el proyecto transformador, le han abierto las puertas a la ultraderecha” sentenció.