En Colombia, los costos de las matrículas universitarias en instituciones privadas continúan en aumento, alcanzando cifras que superan los $36′000.000 por semestre en algunos programas académicos. La carrera de Medicina en la Universidad de los Andes se posiciona como la más costosa del país, con un valor de matrícula de $36′230.000, según se evidencia al consultar su sitio web. Este programa no solo encabeza la lista de los más caros, también refleja una tendencia generalizada en las universidades privadas de prestigio, donde los costos de las carreras profesionales pueden superar los $20′000.000 por semestre.
Esta situación se explica en parte por el alto nivel de formación que requieren ciertas disciplinas, como Medicina, así como por el prestigio académico de las instituciones que las ofrecen. Además, el Ministerio de Educación permite que las universidades ajusten sus matrículas anualmente con base en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que para octubre de 2024 fue del 5,4%. Aunque este es el límite general, algunas instituciones pueden solicitar incrementos superiores, siempre que sean aprobados por el Ministerio.
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El programa de Medicina no solo es el más caro, sino también uno de los más demandados en el país. Además de la Universidad de los Andes, otras instituciones privadas también ofrecen esta carrera con costos elevados. En la Universidad del Rosario, el valor de la matrícula alcanza los $35′903.000, mientras que en la Pontificia Universidad Javeriana asciende a $35′041.000.
El listado de las universidades privadas con los costos más altos para Medicina incluye también a la Universidad El Bosque ($31′530.000), la Universidad de La Sabana ($31′719.000 y la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) ($28′303.000). En otras regiones del país, instituciones como la Universidad del Norte ($26′261.800) y la Universidad Icesi ($25′410.000) también destacan por sus altos costos en este programa.
Más allá de Medicina, la Universidad de los Andes se mantiene como la institución más cara de Colombia en términos generales. Todas las carreras de pregrado en esta universidad tienen un costo de matrícula de $25′460.000 por semestre, lo que la posiciona como líder en costos a nivel nacional. Este alto valor se justifica, en parte, por su prestigio académico, que la ha llevado a figurar entre las mejores universidades de América Latina y a nivel mundial en rankings como el QS Quacquarelli Symonds.
También se destacan otras instituciones y programas con matrículas elevadas. Por ejemplo, el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA), especializado en Administración de Empresas, cobra $23′510.900 por semestre, siendo esta la única carrera que ofrece. En la Universidad del Rosario, después de Medicina, las carreras más costosas son Jurisprudencia ($20′306.000) y Analítica de Datos ($19′923.000). Además, programas como Administración de Empresas, Negocios Internacionales y Marketing y Negocios Digitales tienen un costo de $19′440.000 cada uno.
En la Pontificia Universidad Javeriana, las carreras de Arquitectura y Diseño Industrial tienen un valor de $18′984.000, mientras que programas como Economía, Finanzas y Negocios Internacionales rondan los $18′527.000. Por su parte, la Universidad Externado de Colombia, reconocida por su programa de Derecho, fija el costo de esta carrera en $15′564.000 por semestre.
En otras ciudades del país, los costos de matrícula también reflejan el prestigio de las instituciones. En Medellín, la Universidad EAFIT ofrece programas como Ingeniería Matemática por $16′662.000s, mientras que en Barranquilla, la Universidad del Norte cobra $16′555.300 por su programa de Negocios Internacionales. En la misma ciudad, la Pontificia Universidad Bolivariana fija el costo de Arquitectura en $15′060.600.
Aunque los costos de matrícula en estas universidades pueden parecer inalcanzables para muchos colombianos, varias instituciones ofrecen facilidades de pago y programas de becas para apoyar a los estudiantes. Sin embargo, la brecha económica sigue siendo un desafío importante, especialmente en un país donde el acceso a la educación superior de calidad está condicionado por la capacidad de pago.