Mientras en la región del Catatumbo se está registrando una crisis humanitaria por la oleada de violencia que protagoniza el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el presidente Gustavo Petro visitó Haití, en donde pidió perdón por el magnicidio de Jovenel Moïse.
“Por eso estoy aquí, para agradecerles en primer lugar el que nos hayan ayudado en nuestra libertad, y para pedirles perdón, porque colombianos, oscuros en su corazón, blancos en su piel, pagos como mercenarios con intereses en el estado de la Florida, decidieron venir a estas tierras a asesinar. Yo les pido perdón porque no quiero venir a estas tierras a revivir la historia”, indicó el mandatario.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Además, el mandatario sudamericano aprovechó su presencia en Haití para señalar de manera negativa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al que criticó por las medidas que ha anunciado para expulsar a migrantes de su territorio.
“No quieren venezolanos, no quieren puertorriqueños, no quieren colombianos. Pues dejémoslos un rato solo, a ver cómo les va, porque creo que somos nosotros los que nos vamos a ayudar, entre nosotros”.
Visita de Petro generó malestar en Haití
A pesar de que Gustavo Petro agradeció por la forma en que fue recibido en Haití, la población de la isla no se mostró feliz con la llegada del colombiano, principalmente porque su visita representó una inversión gubernamental de más de 3.8 millones de dólares.
Medios como Diario Libre, Le Nouvelliste, Listín Diario o Houston Chronicle indicaron que para la llegada de Gustavo Petro al país del Caribe se tuvieron que hacer gastos millonarios para que el mandatario pudiera estar a gusto.
“Disgusta a haitianos enorme gasto gubernamental en breve visita del líder colombiano”, “Haitianos rechazan elevado gasto gubernamental en visita de Gustavo Petro” o “Malestar en Haití por enorme gasto gubernamental en breve visita del líder colombiano”, son algunos de los titulares al respecto.
El dinero utilizado para la visita de Petro se gastó en la ampliación de la pista de aterrizaje en el aeropuerto de Jacmel, restaurar la electricidad de poblaciones que no tenían este servicio desde hacía tres años, reparar calles en mal estado y renovar el ayuntamiento y otros gastos menores.
A los ciudadanos no les molesta el dinero, sino que en el pasado, el gobierno ha negado ayudas a campamentos de refugiados, inversión para mejorar la seguridad y otras problemáticas, por falta de recursos.
“¿El gobierno no tiene dinero para sacarnos del campamento o proporcionar seguridad en el país, pero sí tiene 500 millones de gourdes para gastar en sí mismo durante un par de días?”, declaró a Diario Libre Antoine Jean-Baptiste, un electricista de 44 que lleva varios meses desempleado y vive en un refugio con otros habitantes de Puerto Príncipe, una zona destruida por las pandillas.
“No pueden pagar a los maestros. Los hospitales están cerrados. ¿Era necesario gastar todo ese dinero por un presidente que estaba de visita?”, se cuestionó Baptiste.
Sobre la inversión, el ministro de Economía de Haití, Alfred Métellus, indicó que era un esfuerzo para extender e impulsar el crecimiento de Jacmel, en donde la prisión será remodelada como una muestra de que la seguridad está volviendo a consolidarse para que los turistas vuelvan a la isla.
“Hace aproximadamente una semana, no había actividad. Vemos que hay una posibilidad de hacer resurgir a Haití”, declaró Métellus durante una rueda de prensa que se llevó a cabo el martes 21 de enero.
El exlegislador de Puerto Principe Wilner Content indicó a Le Nouvelliste que varios trabajadores han denunciado que no reciben su salario hace varios meses, por lo que no entiende por qué si hay recursos para una visita de cuatro horas de un mandatario extranjero.
“No pueden ni siquiera cuidar de su propia gente, pero quieren lucir bien frente a otros gobiernos”, indicó el político; mientras que Jean-Pierre, un refugiado de 40 años, aseguró que Gustavo Petro no tiene intención de ayudar a la isla, ya que él “tiene sus propios problemas”.
“Los 500 millones de gourdes podrían haber sido útiles para proporcionar seguridad, reforzar el ejército y reclutar a más jóvenes haitianos devotos para servir al país, no para una miserable visita de un presidente que tiene sus propios problemas”.