La crisis humanitaria en la región del Catatumbo alcanzó un punto crítico, marcando el desplazamiento masivo más grande registrado en los últimos 27 años en Colombia, según informó la Defensoría del Pueblo. A pesar de que esta área ha enfrentado históricamente una compleja situación debido a la presencia de grupos armados ilegales, la magnitud del desplazamiento actual dejó en evidencia un agravamiento sin precedentes de la problemática, con miles de civiles forzados a abandonar sus hogares en busca de seguridad.
La defensora del Pueblo, Iris Marín, recordó que el último desplazamiento de una magnitud similar en la región ocurrió hace 28 años, en 1997, evidenciando que esta crisis representa un retroceso significativo en los esfuerzos humanitarios del país. Además, destacó que solo en los primeros 24 días de 2025, el número de desplazados ya superó la cifra total registrada durante todo 2024.
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“En 2024 había habido una disminución respecto de 2023, cuando se habían presentado 154 eventos de desplazamiento masivo que había afectado a 54.665 personas”, explicó Marín, señalando que los datos recientes demuestran un repunte alarmante en esta tendencia.
El impacto del desplazamiento forzado en Colombia alcanzó cifras alarmantes en el último año, cuando se documentaron 105 eventos masivos que afectaron a 10.249 familias, lo que se tradujo en 25.611 personas obligadas a abandonar sus hogares. No obstante, la situación en el Catatumbo, agravada por la intensificación del conflicto armado, empeoró de manera dramática en apenas una semana, desplazando a más de 42.000 habitantes de la región.
De acuerdo con los informes más recientes, Cúcuta, Ocaña y Tibú se posicionaron como los principales destinos para quienes escaparon de la violencia, recibiendo 16.663, 10.719 y 10.482 desplazados, respectivamente. Mientras tanto, otros 11.699 individuos se vieron obligados a refugiarse en albergues temporales distribuidos en municipios como Convención, San Calixto, El Tarra, Hacarí, Ábrego y Teorama. Estos refugios temporales se convirtieron en un punto de apoyo crucial, aunque insuficiente, frente al incremento de la crisis humanitaria.
Adicionalmente, se llevaron a cabo evacuaciones urgentes de 158 personas atrapadas en zonas de enfrentamiento, y 25 firmantes de paz fueron reubicados tras recibir amenazas directas contra su seguridad. Así mismo, la disparidad en las cifras relacionadas con el saldo mortal del conflicto generó intensas discusiones y cuestionamientos sobre la magnitud real de los hechos. Los informes presentados por diferentes entidades mostraron datos inconsistentes que, en lugar de aclarar la situación, incrementaron la incertidumbre y el debate público.
Por un lado, el Ministerio de Defensa informó que el número de fallecidos alcanzó un total de 38 personas. Sin embargo, esta cifra fue puesta en entredicho por el Instituto Nacional de Medicina Legal, el cual, tras llevar a cabo exámenes más detallados, elevó el conteo a 41 víctimas. Más preocupante aún fue el reporte de la Defensoría del Pueblo, que situó el saldo mortal en 60 personas.
Donación de alimentos por los afectados en el Catatumbo
La grave emergencia humanitaria que azota al Catatumbo dejó a numerosas familias enfrentando condiciones de extrema vulnerabilidad. La situación en la región se agravó rápidamente, con reportes que señalan una severa escasez de alimentos, carencia de insumos básicos de higiene y la falta de colchones en los albergues. A esto se sumaron los riesgos de seguridad que afectan a quienes buscan refugio, como informaron las autoridades locales.
Frente a este panorama crítico, diversas organizaciones humanitarias de todo el país movilizaron esfuerzos para socorrer a las comunidades afectadas. La Cruz Roja, una de las instituciones más activas en la región, confirmó que iniciaron la recepción de suministros esenciales destinados a los desplazados. Además, emitieron un llamado urgente a la solidaridad de la población, instando a colaborar con la recolección de alimentos y artículos de primera necesidad.
La organización informó que están recolectando alimentos no perecederos, ropa y zapatos nuevos, colchonetas, cobijas y productos de higiene personal, enfatizando que solo se aceptan productos nuevos para garantizar la calidad y seguridad de las ayudas entregadas.