Tras ser secuestrada por más de 12 horas por un grupo conformado por tres hombres, entre los que se encontraba su expareja sentimental, en una vivienda en el barrio Castilla de la localidad de Kennedy, en Bogotá, Lenis Martínez, funcionaria de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, entregó los primeros testimonios de esas horas de horror y zozobra que vivió el 21 de enero de 2025.
En conversación con Noticias RCN, la mujer confirmó que el hecho ocurrió sobre las 5:00 a. m. de la mañana de ese martes, cuando Duván Ardila, su excompañero sentimental, junto con otros dos hombres, llegaron hasta su apartamento y, bajo amenazas con armas blancas, la sometieron a ella y a sus dos hijos, a quienes amordazaron y encerraron en la vivienda.
“Fueron momentos muy difíciles desde el momento en que entraron esos tipos a mi apartamento, desde el momento que los dejaron amarrados (a sus hijos) en una cama”, comentó.
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En el momento en que lograron subirla al vehículo que la trasladaron al un domicilio en la localidad de Suba, tras varios intentos de llamado de auxilio a los vecinos de su edificio (que al parecer no fueron escuchados) pensó que no iba a salir con vida de esta situación:
“Me agarraron muy duro, me metieron a la fuerza al carro, yo ahí grité nuevamente. No sé si había personas que se dieron cuenta (...) Yo sentí que era el fin de mi vida. Yo dije de esta no me salvo”, le comentó Martínez al medio de comunicación.
No obstante, en medio del difícil momento, como una señal de amenaza y posibles acciones venideras, estos hombres le rociaron combustible, causándole afectaciones en las extremidades inferiores de su cuerpo: “(Me roció) con gasolina, me la esparció del ombligo hacia abajo. De hecho, tengo quemaduras de ese líquido inflamable”, agregó.
Ya estando en el domicilio donde Duván pretendía retenerla por varios días, el hombre le contó las razones por las que tomo esta decisión, teniendo presente que uno de sus objetivos era afectar de alguna manera al círculo más cercano de Lenis: “El objetivo era tenerme unos días retenida para hacer sufrir a mi familia, hacerme sufrir a mi, porque él quería venganza”, aseguró.
El rescate ocurrió en horas de la noche por miembros del Gaula y la Policía Nacional. Las labores investigativas se basaron en testimonios de vecinos y familiares, y las imágenes de video de la unidad residencial de Martínez que permitieron continuar con el rastro de estos delincuentes, además, con la información del vehículo y los registro que reposaban en la unidad de tránsito que permitieron la ubicación del lugar al norte de Bogotá.
Además, la señal de un teléfono celular y un mensaje de voz que sus captures la obligaron a grabar fue la pieza que unió todos los hallazgos de la investigación para poder desplegar el operativo de rescate con certeza.
Justo en el momento en que se acercaban las autoridades al sitio, el secuestrador se encontraba haciendo algunas compras que la víctima le había pedido, por lo que fue mucho más fácil realizar el procedimiento sin alteraciones.
La mujer ya había interpuesto una denuncia en contra de este agresor, sin embargo, y en repetidas ocasiones este incumplió la orden de alejamiento que se había emitido, y cuando las autoridades eran alertadas no se lograba un resultado contundente. Asegura que este desagradable episodio se hubiera podido evitar si los protocolos de este tipo de casos se hubiera seguido a cabalidad, evitando su sufrimiento, el de su familia y sus pequeños hijos, que fueron unos de los más afectados.