Esto es lo que les pasa a los billetes que “ya no sirven” en Colombia

Tarjetas de crédito, aplicaciones de billetera móvil y la pereza de ir al cajero han persuadido cada vez más a los colombianos de utilizar el dinero en efectivo.

Sin embargo, al día son impresos cerca de 5,45 millones de billetes en el país, debido a que el papel moneda que se encuentra en circulación suele dañarse, ahorrarse o guardarse entre coleccionistas.

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Exceso de humedad, dibujos, firmas e, incluso, fisuras que llevan a que el billete se rompa han obligado al Banco de la República a aceptar los billetes en mal estado, para entregar, en su lugar, billetes de la misma denominación a quienes cumplan con la función de sacarlos de las calles

Aunque, según información publicada en el sitio web de la entidad y “de acuerdo con lo establecido por la Junta Directiva del Banco de la República mediante Resolución Interna No. 4 del 24 de julio de 1998, artículo 9, el Banco de la República cambiará por una especie equivalente los billetes deteriorados o fraccionados que le presente cualquier tenedor, siempre y cuando cumplan con los siguientes requisitos”:

1. Ser auténtico.
2. Tener impresión por anverso y reverso.
3. Estar conformado de por lo menos tres quintas partes continuas, así estén en uno o varios pedazos.
4. Exhibir en forma completa una numeración.

Sin embargo, el Banco de la República estableció que pueden seguir utilizándose y deben ser aceptados en cualquier comercia los billetes en circulación, así estén reparados, arrugados o rayados.

Como en muchos otros países, en Colombia los billetes que no pueden seguir en circulación son destruidos en máquinas picadoras de alta velocidad hasta convertirse en ripio: una especie de confeti al que se le puede dar un segundo uso o, simplemente, es llevado al incinerador.

La segunda opción fue descartada por el Banco de la República y en su lugar, las 600 toneladas de ripio que se producen son llevadas a compostaje y luego se utilizan en la siembra de árboles nativos.

En el mundo del coleccionismo de billetes, pocos ejemplares alcanzan el nivel de exclusividad y valor histórico del billete de 500 pesos oro emitido en 1923 por el Banco de la República de Colombia. Este billete, que conmemora el año de fundación de la entidad bancaria, no solo es una pieza de gran rareza, también se ha convertido en un objeto de deseo para los coleccionistas debido a su escasez y su significado histórico. Y es que, apenas se conocen dos ejemplares en condiciones óptimas para ser subastados, lo que ha elevado su valor en el mercado a cifras que oscilan entre los 180 millones y los 300 millones de pesos colombianos.

De acuerdo con el experto en numismática Numis Maker, este billete presenta en su anverso la imagen de Simón Bolívar, mientras que en el reverso se encuentra una representación del Banco de la República, simbolizada por la figura de la “mariana libertad”. un diseño que refleja la importancia del libertador en la historia de Colombia y el papel del banco central como garante de la economía nacional.

El billete de 500 pesos oro cumplió 100 años desde su primera impresión el pasado 20 de julio del 2023, marcando un siglo desde que comenzó a circular como el billete de mayor denominación en su época. En su momento, este billete estaba respaldado por 798 gramos de oro, lo que garantizaba su valor en un sistema monetario basado en el patrón oro.

Sin embargo, dejó de circular en 1993, cuando fue reemplazado por las primeras monedas bimetálicas de 500 pesos en Colombia. Este cambio marcó el fin de una era para el billete, que pasó de ser un medio de pago cotidiano a convertirse en una pieza de colección altamente valorada.

El número limitado de ejemplares impresos, apenas 6.000 unidades, ha sido un factor determinante en el aumento de su valor. En 2017, un billete de este tipo fue subastado en un estado aceptable por 64 millones de pesos colombianos, lo que ya reflejaba su creciente demanda entre los coleccionistas. Sin embargo, los ejemplares en condiciones óptimas, como los dos que se conocen actualmente, pueden alcanzar precios mucho más altos.