Las internas de la cárcel el Buen Pastor, de Bogotá, iniciaron una huelga de hambre en la mañana del miércoles 22 de enero en el centro carcelario como protesta contra la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) por el suministro de alimentos que consumen a diario.
La calidad de los alimentos y las condiciones sanitarias en la cárcel de alta y mediana seguridad de Mujeres de Bogotá han sido objeto de denuncias por parte de las internas desde noviembre de 2024.
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Según informó un grupo de reclusas, los alimentos que reciben presentaban problemas de calidad, las raciones son insuficientes y existen dudas sobre las condiciones higiénicas en su preparación.
Estas preocupaciones han derivado en un deterioro de la salud de las internas y un ambiente de incertidumbre dentro del penal.
De acuerdo con las denuncias, las autoridades carcelarias no han respondido a las reiteradas quejas, lo que llevó a la fundación Corporación Corazón Humano, representada por su directora Esperanza Bustamante, a interponer una acción de tutela el 13 de noviembre del año pasado.
La acción legal fue dirigida contra la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) y la Unión Temporal Andino Colombiano, empresa responsable del suministro de alimentos en el centro penitenciario. El objetivo principal de esta medida era garantizar el respeto a los derechos fundamentales de las internas, incluyendo su dignidad, integridad y salud.
La acción de tutela, presentada ante un juez de reparto en Bogotá, solicitaba que se implementaran medidas inmediatas para asegurar que los alimentos proporcionados a las reclusas cumplieran con estándares mínimos de calidad y cantidad.
Además, exigía que se investigara el cumplimiento del contrato por parte de la UT Andino Colombiano, con el fin de determinar si existen irregularidades en la prestación del servicio. Según detalló la Corporación Corazón Humano, las internas señalaron en ese entonces que las condiciones actuales no solo afectan su bienestar físico, sino que también generan un impacto negativo en su calidad de vida dentro del penal.
Hasta el momento, ni la Uspec ni la UT Andino Colombiano han emitido declaraciones oficiales en respuesta a las acusaciones.
Huelga de hambre en 2024
Este no es el primer episodio de protesta en El Buen Pastor, pues el 29 de mayo de 2024 se gestó una huelga similar como protesta a los problemas nutricionales y a las fallas en la infraestructura sanitaria de la cárcel.
Pese a esta manifestación previa, las internas aseguraron que no se han tomado medidas sustanciales para remediar las carencias reportadas. Según el comunicado presentado por Mujeres Libres, los problemas persistían, agravándose con el tiempo.
“Huelga de hambre en el Buen Pastor de Bogotá. Desde ayer las mujeres privadas de la libertad en la cárcel de mujeres de Bogotá anunciaron huelga de hambre debido a las condiciones inaceptables que están enfrentando”, detalló el comunicado difundido por esta organización a través de la red social X.
Uno de los detonantes claves que escaló el descontento se encontró en el suministro de alimentos de baja calidad. De acuerdo con Mujeres Libres, durante la hora de la comida las internas recibieron un lote de carne en mal estado, con un olor desagradable, lo que llevó a su rechazo por parte de varias internas en distintos patios.
“A pesar de sus quejas, los encargados del suministro de alimentos se negaron a reemplazar esta proteína esencial”, señaló el comunicado.
Por su parte, otro aspecto que exacerbó la molestia entre las internas tiene que ver con las condiciones poco higiénicas en las instalaciones sanitarias del penitenciario, particularmente en el patio 6.
Según el comunicado de Mujeres Libres, en esta área se han identificado filtraciones de orina y heces que han llegado incluso a la cancha en la que las internas realizan actividades recreativas. “Esta situación no solo es indignante, sino que también representa un riesgo significativo para su salud, pudiendo ocasionar problemas graves y enfermedades”, denunció la organización.
Además de las deficiencias en la alimentación y en las instalaciones, las mujeres privadas de la libertad han expresado su preocupación por otras vulneraciones a sus derechos fundamentales. En específico, resaltaron la falta de atención médica adecuada, problemas relacionados con la salud menstrual y el trato degradante que denuncian por parte del personal encargado del centro. Estas condiciones han llevado a las mujeres a calificar su situación como una violación constante a sus derechos humanos.
A través de la red social X, la organización compartió imágenes que evidenciaban el deteriorado estado de las herramientas de cocina que se usan para preparar los alimentos de las internas. Las fotografías mostraban ollas quemadas, rajadas y visiblemente insalubres, generando conmoción entre los usuarios que criticaron la aparente negligencia en el manejo del bienestar de las reclusas.