Una familia de siete integrantes: padre, madre y sus tres hijos, está en riesgo de muerte por una deuda de dos millones de pesos que adquirieron con prestamistas gota a gota y que, por cuenta de los intereses, ya iría en 45 millones.
Así lo dio a conocer una mujer que en entrevista en Caracol Radio se identificó como Vanessa para dar a conocer su caso y evitar que se convierta en una tragedia.
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Según explicó, “ellos prestan ahí en el barrio a las tiendas, a todos, y acudí a que me prestaran dos millones de pesos, lo cual, después, empezaron con que no, que eran cinco, después que, 10... y la cuenta va en 45 millones. Tengo que mandarles plata porque van a acabar con toda mi familia, tengo cinco niños, a mi papá, mi mamá y mi esposo. He acudido a diferentes partes y en ningún lado me ayudan”.
A pesar de que pagó su deuda inicial casi que cuatro veces, los prestamistas siguen sumando ceros a la cuenta y su familia ya no tiene de dónde sacar más para pagarles.
“Es lo que ellos digan y cómo ellos digan (...) ya fue y puse la demanda en Fiscalía, en el Gaula, pero nadie me soluciona nada, incluso, he llamado a la línea púrpura para apoyo de la mujer y a la Policía, pero me dicen que toca esperar a que salga la demanda y esa es la respuesta de ellos: que me toca esperar”.
En el barrio se aparecen solo para cobrar y amenazar a sus deudores y, en el caso de Vanessa no ha sido la excepción, tanto que se vio obligada a mudarse, pero ellos siguen encontrándola.
“Ellos le pegan a la gente, los amenazan con cuchillos, con bisturíes, con revólveres. Afilan bisturíes y cuando lo ven a uno es a darle cascazos, a darle con lel bisturí. A mí, por ejemplo, me iban a rapar a una de mis gemelas. Ellos llegaron allá (al barrio) a ofrecer dinero y no son de allá, solo se aparecen cuando ban a cobrar, mandan a uno o al otro a cobrar y según (dicen) hay varios, son muchos y se hacen llamar la banda de los costeños”.
Las últimas semanas, pese a haber puesto el caso en conocimiento de las autoridades, los prestamistas siguieron hacendándolos en cada lugar al que fueron llegando. Sin embargo, las opciones se les agotan y temen por la vida de sus hijos, ya que la última semana de enero, les dieron un solo día para pagar la deuda o, de lo contrario, se arrepentirían de no cumplir con sus exigencias.
“No sabemos qué otro camino tomar. Nos quitaron lo último que teníamos de nuestros ahorros. Trabajamos como satélites, cocemos y de todo, pero nos tocó irnos de nuestra casa familiar, dejar todo botado y desplazarnos pa’ una casa, pa’ otra, pa’ un lado, pa’l otro y es por ellos, porque en todo lado nos ubican y nos dicen que nos dejaron pasar Navidad, pero que de hoy no pasamos”.
Las amenazas fueron escalándose e, incluso, hablarían de supuestos escenarios de tortura a los que la familia de Vanessa teme llegar por la excesiva calma con la que las autoridades estarían tratando el caso.
“Les he pagado más de siete millones y, aun así, a mi familia le ha tocado esconderse conmigo. No sabemos qué camino tomar, no sabemos qué hacer, porque no hay más donde escondernos, no tenemos dónde más ir y nuestros hijos tienen mucho miedo. Al salir de la casa nos piden que mejor nos quedemos, dicen que no quieren que nos maten o que los maten a ellos. Y es que nos avisaron que nos van a torturar, que no vamos a aguantar la presión de todo lo que tienen pensado hacernos”, lamentó.