La actriz Katherine Porto, reconocida por su participación en producciones como Pasión de Gavilanes y Hasta que la plata nos separe, confirmó su separación del productor musical Max Oldham, con quien estuvo casada durante 11 años.
Esta confesión la realizó durante el lanzamiento de su libro titulado Microdosis de amor propio, en el que comparte experiencias personales y reflexiones sobre el autoconocimiento y la sanación emocional.
En el mismo escrito, la cartagenera también recordó su primer matrimonio con Alberto Araújo, un empresario y padre de su hijo Alejandro.
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En una reciente entrevista con la presentadora Cristina Estupiñán, en su programa Sinceramente con Cris, la actriz contó más detalles sobre su matrimonio con Araújo: “A los 17 años, lo primero que hice fue escaparme de mi casa. Me fui con esa persona que creía que era el amor de mi vida”.
Sin embargo, la actriz destacó que, estando en ese matrimonio, se dio cuenta de la carencia afectiva que tenía al no crecer con una figura paterna: “Después de que me psicoanalicé, como a los 20, me di cuenta de que él era el reemplazo de mi papá. Estaba buscando un padre, y eso nos pasa a muchas, es como si buscáramos en los hombres ese padre (...) Él era muy parecido a mi papá, y cuando me di cuenta de eso, ya no me podría hacer la loca”.
Katherine destacó que la ausencia de su padre no solo afectó su primera relación, sino también la construcción de su amor propio: “Esa falta de amor hacia mí misma viene de esos traumas de infancia, de ese primer amor de hombre que fue mi papá y que no estuvo. Ahora lo veo distinto: él no me abandonó a mí, sino que abandonó una relación, y en esa relación estábamos los hijos. Eso marcó mucho mis relaciones porque siempre tenía miedo de que me abandonaran. Era un miedo constante, y mi inconsciente trabajaba para que eso sucediera”.
Cómo sanó Katherine Porto la relación con su padre
La actriz reveló en la entrevista con Cristina Estupiñán que buscó a su padre como parte de una “tarea” que le dejó su terapeuta. “Lo primero que hice fue buscar a mi papá porque lo veía muy poco. Un día me senté con él con un cuaderno lleno de preguntas, tarea que me puso una de mis maestras espirituales. También lo cuento en el libro. Empecé a hacer una especie de ‘remiendos’, a reparar todas esas relaciones que me habían hecho daño o a las que yo les hice daño. La primera relación que trabajé fue la mía conmigo misma, y luego dije: ‘Tengo que remendar la relación con mi papá’. Me senté a hacerle un montón de preguntas”.
La cartagenera explicó que, al conocer la versión de su padre, pudo mejorar su relación con él: “Fue muy bonito darme cuenta de que siempre hay otra versión, la versión del otro. Yo solo tenía la versión de mi mamá, pero no la de mi papá. Cuando mi papá me dio su versión, pensé: ‘Ok, ya no tengo por qué seguir juzgando a mi papá’. Me di cuenta de que estaba proyectando en mi papá los resentimientos de mi mamá. Creé una relación de cero con mi papá, ya no había resentimientos, y empezar a conocernos porque no lo conocía. Ahora tenemos una relación muy bonita”.
En la actualidad, Porto tiene una excelente relación con su padre: “Lo admiro mucho. Nos entendemos bien, nos reímos mucho, y le cuento cosas muy personales que ni siquiera le cuento a mi mamá”.
Katherine también recordó cómo su padre la apoyó durante su divorcio de Alberto Araújo, que es padre de la influenciadora Silvy Araújo: “Cuando tuve a mi papá conmigo fue cuando tomé la decisión de divorciarme. En ese momento necesitaba conseguir un apartamento para vivir sola con mi hijo, y mi papá me ayudó. Fue mi respaldo para firmar los papeles. Cuando él estuvo presente, ya no necesité buscar en otros lo que buscaba en un padre. Ahora lo veo como parte de mi historia, y no la puedo negar. Es hermoso porque de esa relación nació mi hijo, mi amor incondicional”.