La Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina) emitió una advertencia preventiva ante la posible presencia de la carabela portuguesa (Physalia physalis) en las playas del departamento.
Según la información oficial, este organismo marino, también conocido como ‘fragata portuguesa’, ‘agua mala’, ‘botella azul’ o ‘falsa medusa’, representa un riesgo para la salud humana debido a sus potentes tentáculos urticantes.
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De acuerdo con los datos de Coralina, “esta especie, cuenta con tentáculos provistos de cápsulas urticantes denominadas «cnidocitos» que pueden paralizar a un pez grande y afectar al ser humano en caso de tener contacto con su piel y su picadura puede ser peligrosa y muy dolorosa“.
La carabela portuguesa es un hidrozoo que habita en aguas tropicales y subtropicales, suele llegar a las costas impulsada por las corrientes marinas y los vientos.
Se distingue por una característica vela gelatinosa que puede medir entre 15 y 30 centímetros, la cual le permite desplazarse, y por sus tentáculos, que alcanzan hasta 10 metros de longitud y están diseñados para capturar presas.
El peligro con el contacto humano
El contacto con estos tentáculos, incluso si el organismo está muerto o varado, puede causar reacciones severas en humanos, como dolor intenso comparable a quemaduras, problemas respiratorios, reacciones alérgicas graves e incluso paros cardíacos.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a esta especie como peligrosa para la salud humana. Por esa razón, las autoridades isleñas instan a la población local, raizal y turistas a tomar precauciones para evitar accidentes. Entre las principales recomendaciones están:
- Abstenerse de ingresar al mar si se observan carabelas portuguesas en la playa.
- Evitar manipular ejemplares varados, ya que sus tentáculos mantienen su capacidad urticante.
- En caso de contacto accidental:
- Lavar la zona afectada únicamente con agua de mar.
- Retirar restos de tentáculos con un objeto rígido, sin tocar directamente la piel.
- No aplicar vinagre, agua dulce, arena ni toallas, porque estas acciones podrían liberar más toxinas.
- Acudir a un centro médico de inmediato si se presentan síntomas graves o reacciones alérgicas.
La llegada de esta especie no es un fenómeno aislado, dado que las aguas del Caribe suelen recibir la visita de estas criaturas durante ciertos períodos del año. Ante esto, Coralina hizo un llamado a la ciudadanía para mantenerse informada a través de los canales oficiales y reportar cualquier avistamiento al teléfono (578) 513 1130.
El caracol africano, otra especie que acecha a San Andrés
En septiembre de 2024, las autoridades de San Andrés informaron que la comunidad isleña enfrenta una nueva amenaza: la llegada de una de las plagas más peligrosas del mundo, el caracol africano.
Este invasor no solo pone en riesgo los cultivos y los ecosistemas locales, sino que también representa un peligro potencial para la salud de los habitantes.
“Esta especie ha colonizado ambientes antrópicos, incluyendo jardines, viveros, invernaderos y viviendas, y actualmente se ha reportado en diferentes puntos de San Andrés. Su presencia es alarmante debido a su capacidad para destruir cultivos, afectar ecosistemas naturales y actuar como vector de enfermedades que pueden ser transmitidas a los humanos”, informó Coralina.
De acuerdo con la información de la entidad, este organismo se caracteriza por tener una concha cónica y alargada, con bandas de color crema o violeta, un cuerpo marrón oscuro, con una textura gomosa. El tamaño puede alcanzar hasta 28 cm de longitud.
En caso de tener encontrarlo y en aras de evitar su propagación, recomiendan eliminarlo, con estos pasos:
- Protección: usar guantes o una bolsa para manipularlo.
- Eliminación: colocarlo en un recipiente con alcohol, cloro diluido o sal.
- Disposición: entregarlo a las autoridades competentes o destruirlo en un contenedor metálico.
- Higiene: Lavar las manos cuidadosamente y evitar que la baba entre en contacto con ojos, nariz o boca.
- Evita insecticidas: no usar estos productos, ya que la bacteria que transporta este invasor puede sobrevivir durante meses.