En la mañana del martes 21 de enero, Gustavo Bolívar, director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), lanzó una crítica hacia el empresario Donald Trump, recién posesionado como presidente de los Estados Unidos.
Bolívar se refirió a las declaraciones en las que Trump afirmó que en Estados Unidos solo se reconocerían dos géneros, masculino y femenino, haciendo referencia a las Fuerzas Militares de su país. Estas declaraciones han sido cuestionadas por colectivos LGBTIQ+ y organizaciones defensoras de las diversidades sexuales.
El funcionario colombiano afirmó que tales afirmaciones (aunque nunca mencionó a Trump) son, según él, una contradicción, señalando que Estado Unidos tiene responsabilidad en la muerte de miles de niños en Gaza a lo largo del último año.
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“Anulan, niegan y prohíben la diversidad sexual con el pretexto de proteger a los niños pero destrozan o patrocinan el destrozo con bombas a 18.000 niños en Gaza”, escribió en funcionario en su cuenta de X.
Trump y las políticas de género
La reciente decisión del presidente Donald Trump de revocar varias órdenes ejecutivas, que protegían aspectos clave contra la discriminación basada en identidad de género u orientación sexual, ha generado un debate significativo sobre el rumbo que tomará Estados Unidos bajo su mandato. Según Trump, estas medidas buscan restaurar el “sentido común” en la administración federal, una frase que refleja su intención de implementar políticas que él considera más acordes con los valores tradicionales del país.
En una de sus primeras órdenes firmadas como mandatario, Trump argumentó que las políticas introducidas durante la Administración Biden eran “inflacionarias, ilegales y radicales”, y criticó la inclusión de enfoques basados en “diversidad, equidad e inclusión” (DEI), afirmando que estas iniciativas han corrompido las instituciones al priorizar jerarquías preferenciales sobre el mérito y la igualdad. Estas declaraciones han sido vistas por sus críticos como un retroceso en los avances hacia la equidad y la inclusión en diversos sectores de la sociedad.
Entre las órdenes ejecutivas revocadas se encuentra una que buscaba promover la equidad racial y apoyar a las comunidades desatendidas, así como otra destinada a prevenir la discriminación basada en la identidad de género y la orientación sexual. Además, Trump eliminó la orden que establecía un Consejo de Política de Género en la Casa Blanca, que tenía como objetivo abordar las desigualdades de género y promover la equidad en diferentes esferas del gobierno.
El presidente también anuló políticas relacionadas con la educación y la salud pública. Estas incluían una orden para garantizar entornos educativos libres de discriminación por motivos de género, otra que defendía una respuesta “equitativa” a la pandemia de COVID-19 y una más que ampliaba el acceso a tratamientos contra el virus. También revocó una iniciativa que creaba un marco integral para abordar las causas de la migración en la región, algo que podría tener implicaciones significativas en la política migratoria de Estados Unidos.
En su discurso tras asumir el cargo, Trump reafirmó su postura al declarar que su gobierno reconocerá oficialmente solo dos identidades de género: masculino y femenino. Esta declaración subraya un cambio radical en comparación con la administración anterior, que había trabajado para ampliar los derechos y protecciones para las personas LGBTQ+.
La decisión de Trump ha sido recibida con elogios y críticas por igual. Sus partidarios ven estas medidas como un retorno a valores más conservadores y tradicionales, mientras que los detractores argumentan que estas acciones representan un grave retroceso en los derechos civiles y sociales. Organizaciones defensoras de los derechos humanos y líderes comunitarios han expresado su preocupación por el impacto que estas políticas podrían tener en comunidades vulnerables.
Por otro lado, la eliminación de políticas relacionadas con la equidad racial, la diversidad y la inclusión podría afectar programas destinados a cerrar las brechas en oportunidades y recursos entre diferentes grupos sociales. Además, la decisión de revertir iniciativas para combatir la pandemia y abordar las causas de la migración plantea interrogantes sobre cómo el nuevo gobierno enfrentará estos desafíos en el futuro.