Guerra entre el Eln y las disidencias de las Farc en el Catatumbo estaría podría afectar el suministro de gas, advirtió presidente de Ecopetrol

La región del Catatumbo, una zona clave para las operaciones petroleras y gasíferas de Colombia, enfrenta una nueva amenaza a su estabilidad económica y social debido al recrudecimiento del conflicto armado entre el Ejército de Liberación Nacional ELN y las disidencias de las Farc.

Este enfrentamiento, que ha provocado el desplazamiento de más de veinte mil personas, también pone en riesgo el suministro de gas para los municipios de Cúcuta y Tibú, así como otras actividades esenciales para la región.

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El Catatumbo es reconocido por su relevancia para la economía nacional debido a sus campos petroleros y gasíferos, como Tibú, Sardinata y Oripaya.

Según información de Ecopetrol, estas instalaciones producen alrededor de 1.900 barriles equivalentes de petróleo y 4 millones de pies cúbicos de gas diariamente. Este suministro es vital no solo para las actividades locales, sino también para el abastecimiento de la región norte del país.

De acuerdo con el diario La Opinión, en respuesta a la intensificación del conflicto armado, Ecopetrol activó un plan de continuidad operativa que incluye la movilización restringida de personal y contratistas. Ricardo Roa, presidente de la compañía, confirmó que se está trabajando con el personal mínimo necesario para garantizar la seguridad de los trabajadores y las comunidades cercanas.

“Estamos comprometidos con entregar los combustibles y mantener condiciones operativas. Implementamos un plan de contingencia para asegurar el suministro y agradecemos el apoyo de las Fuerzas Militares y las autoridades locales”, afirmó Roa.

La compañía advirtió que, si la situación de seguridad empeora, podría haber restricciones en el suministro de gas y crudo, lo que tendría un impacto directo en la economía regional. Asimismo, Ecopetrol podría suspender temporalmente los contratos de más de trescientos contratistas que operan en la zona.

En un gesto de solidaridad, Ecopetrol ha brindado apoyo a la población desplazada entregando elementos básicos de higiene y alimentos. Roa reiteró el compromiso de la compañía con la seguridad de sus trabajadores y contratistas, así como con la continuidad operativa bajo condiciones adecuadas.

A pesar del tenso panorama, la llegada de gasolina y Acpm a Tibú no se ha visto afectada. Según María Eugenia Martínez, directora ejecutiva de la Asociación de Estaciones de Servicio de Norte de Santander (Asesnort), se ha logrado mantener el abastecimiento gracias a la autorización del Ministerio de Minas y Energía para cargar en la planta Ayacucho, en Cesar, evitando largos trayectos hacia otros puntos de suministro.

“El jueves, Tibú recibió tres viajes de hidrocarburos, lo que aseguró el abastecimiento durante el fin de semana. Este lunes, los camiones fueron enviados para recargar en las plantas de llenado”, indicó Martínez.

Por su parte, Centrales Eléctricas de Norte de Santander (Cens), filial del Grupo EPM, informó que el servicio de energía eléctrica se presta sin interrupciones mayores. Sin embargo, las cuadrillas operan de manera restringida en zonas de alta conflictividad, priorizando incidentes de alto impacto en municipios como Tibú, El Tarra, Teorama y Sardinata.

“El sistema eléctrico está estable y garantizamos el suministro a las comunidades, pese a las restricciones por seguridad. Coordinamos constantemente las actividades necesarias para asegurar la calidad del servicio”, indicó la empresa.

El conflicto en el Catatumbo amenaza los servicios esenciales y afecta profundamente a las comunidades locales, muchas de las cuales han tenido que abandonar sus hogares para escapar de la violencia. Organismos humanitarios y entidades gubernamentales trabajan en la atención de los desplazados, pero la situación requiere soluciones estructurales para garantizar la paz y el desarrollo en esta región estratégica.

Mientras las operaciones de Ecopetrol, Cens y las estaciones de servicio continúan bajo medidas de contingencia, el llamado de las autoridades es claro: reforzar la seguridad y promover el diálogo para poner fin a los enfrentamientos armados que ponen en jaque no solo la economía regional, sino también la vida y el bienestar de miles de personas.