La escalada violenta por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra las disidencias de las Farc, que inició el jueves 16 de enero, parece no tener un final cercano. Recientemente, el frente 33 de ese grupo disidente anunció su contraofensiva, que se gesta en la región del Catatumbo (Norte de Santander).
“Aquí estamos presentes, seguiremos presente aquí vamos a estar en defensa de ustedes las comunidades, en defensa del territorio enfrentando esos paramilitares del ELN, que se dedicaron a matar civiles desarmados a torturar a matar niños, a matar, mujeres”, afirmó alias Richard, cabecilla de las disidencias de las Farc, a través de un video.
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El duro enfrentamiento entre los grupos armados al margen de la ley suma cifras alarmantes, con más de 80 muertos, entre ellos, preliminarmente habría ocho firmantes de paz, así como más de 20 heridos, 1.000 confinados y 20.000 desplazados, que han llegado a Cúcuta y Ocaña (Norte de Santander).
Uno de los grupos más perjudicados y perseguidos por la violencia en el territorio han sido los firmantes de paz del proceso entre el Gobierno Santos y las Farc, en 2016; algunos fueron resguardados por la fuerza pública, mientras que otros viven el flagelo del secuestro y desplazamiento.
Al respecto, la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN) dio a conocer el balance que hasta ahora ha dejado la toma del ELN en el Catatumbo.
Según la ARN, en varios municipios del Catatumbo viven cerca de 464 personas que se encuentran vinculadas al proceso de reincorporación, de las cuales 102 fueron desplazadas forzosamente junto con sus familias, mientras que 11 están desaparecidas.
En ese sentido, la directora de la ARN, Alejandra Miller, anunció las acciones que desde la entidad se están adelantando para afrontar la crisis humanitaria en el Catatumbo para los firmantes de paz y sus familias.
“La Agencia para la Reincorporación en este momento ha gestionado ya un albergue humanitario para los firmantes de paz, en donde está acogiendo justamente a los firmantes que llegan con sus familiares”, explicó.
Asimismo, confirmó que en la vereda Caño Indio, en Tibú, se encuentra un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (Etcr) donde se atienden más de 718 personas.
“Estamos trabajando también en una ayuda humanitaria para el Etcr de Caño Indio, que gracias a que se ha constituido en un albergue humanitario, están apoyando a muchas veredas alrededor. Tenemos ya 718 personas, más de 200 menores de edad menores de 15 años, que deben ser atendidos de manera urgente”, añadió.
Agregó que en dichos lugares hay garantizadas camas, comida, implementos de aseo y apoyo emocional. “En el albergue tenemos habitaciones, camas para las familias, tenemos comida y tenemos a instrumentos básicos de aseo, para quienes están llegando al albergue, realmente es un lugar tranquilo, digno, seguro para que los firmantes y las firmantes se sientan tranquilos, acompañados y, sobre todo, con un apoyo emocional por parte de estos equipos de trabajo”, complementó.
Por último, enfatizó en el mensaje a los grupos armados ilegales para que aparten del conflicto a los excombatientes, sus familias y a la población civil.
“Este es un mensaje muy doloroso para la paz, pero también que nos hace pensar en la persistencia de la necesidad de seguir avanzando en la construcción de la paz, en las negociaciones, en los diálogos, a no darnos por vencidos en estos momentos, en donde arrecia la guerra es donde más debemos levantar las banderas de la Paz. Hacemos por supuesto un llamado y una exigencia al ELN, a todos los grupos armados a que saquen a los firmantes, sus familias y a la población civil del conflicto que hay por el control de los territorios. La gente que está en estos territorios, no merece más guerra”, puntualizó.
Cabe señalar que, en las últimas horas se conoció el crimen del firmante de paz Pedro Nel Angarita en el centro de Teorama (Norte de Santander). El hombre, que trabajaba en la recolección de basura, fue atacado por hombres armados mientras realizaba sus labores en el Catatumbo.