Antonio García, máximo comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), se refirió a los actos violentos que ocurren en la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander que, según los reportes oficiales, ha dejado más de ochenta muertos, decenas de secuestrados y más de cinco mil desplazados.
En su cuenta de X, el jefe guerrillero aclaró que las muertes de Miguel Ángel López, su esposa Zulay Durán Pacheco y su hijo, no fueron responsabilidad del ELN, y explicó que los excombatientes que murieron a manos de su organización, habían retomado el camino de las armas.
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“Sobre la presunta muerte de firmantes de paz, en ningún momento es política del ELN, así no compartamos esa decisión de las personas, la respetamos. Otra cosa es que algunos desmovilizados sean personas activas y en armas nuevamente, realizando actividades bajo un mando militar”, escribió García en sus redes sociales.
A su vez, el líder del ELN expresó que ese grupo guerrillero “no tiene dentro de sus prácticas y políticas actuar contra personas civiles”, y advirtió que “quedan registros que documentan las operaciones militares realizadas, que en su momento se darán a conocer”.
En una columna de opinión divulgada en sus redes sociales, García señaló que la ola de violencia que se ha presentado en la región nortesantandereana se debe a las deficiencias que ha tenido la política de Paz Total, impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro.
“La confrontación que hoy se vive en el Catatumbo, hay que buscarla en lo que ha sido el resultado de una política de paz, donde el objetivo central ha sido la desmovilización y el desarme, que al final cayó en el remolino donde se recicla la violencia (...) todas las guerras, las confrontaciones y los conflictos armados tienen una historia de sus orígenes, con sus causas y razones, así como también dejan una impronta hacia el futuro”, precisó el líder guerrillero.
Advirtió que, tras la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la extinta guerrilla de las Farc, “solo vestigios de unas “milicias”, que supuestamente no compartían lo acontecido y orientado por el Secretariado, completamente desmovilizado”.
De hecho, García señaló a Otty Patiño, alto comisionado para la paz, como uno de los responsables directos de la situación crítica que se vive en el oriente colombiano.
“Hemos conocido que las Fuerzas Militares recibieron órdenes de combatir frontalmente al ELN y apoyar a las Ex-Farc en el Catatumbo, además coordinar operaciones con ellas. En estas directrices participa directamente Otty Patiño, quien desde hace tiempo viene oficiando más como mando militar que como Comisionado de paz, pues dentro de sus directrices predilectas está ordenar dar de baja a integrantes del Comando Central”, comentó.
De igual manera, indicó que la ola de violencia que se ha desatado en el Catatumbo es “producto de los incumplimientos de acuerdos e imposiciones a la población (...) como dicen los compañeros del Nororiente: tanto va el cántaro al agua, que termina rompiéndose”.
También, Antonio García recordó que su grupo insurgente había conversado con el exlíder de las Farc, alias John Mechas, quien les había manifestado su intención de intercambio para su reincorporarse a las armas, al expresar su desacuerdo con lo firmado en La Habana (Cuba) en 2016.
“En los intercambios, ocurridos en ese entonces, aún reciente la desmovilización, los compañeros le preguntaron a “John Mechas”: “Si hubiese sido el ELN la organización desmovilizada, y las Farc la que siguiera en armas, ¿Usted que habría hecho? (...) Sin pensarlo, un segundo respondió: “los hubiera matado”. Los compañeros se quedaron de una sola pieza. No podía esperarse otra respuesta, pues era la formación recibida y la práctica vivida”, detalló García en su columna de opinión.
Finalmente, el comandante del ELN aseveró: “Muchas reuniones, muchos acuerdos, pero primó la presión para modificarlos. Poco intercambio político pudo vivirse en ellas y volvió la vieja práctica de lo vivido con las Ex-Farc, que será otro capítulo sobre el que tenemos que hablar, pues aun la reflexión sobre todos los movimientos armados de Colombia está por hacerse, y por esa razón poco se entiende lo que es la verdadera paz”.