Un nuevo hecho de intolerancia en la vía se registró la tercera semana de enero (2024) en el sector de El Diamante, Medellín, luego de que un desacuerdo entre un taxista y los ocupantes de un vehículo particular se escalara hasta llegar a los golpes.
Así lo denunciaron dos hermanos que habrían sido víctimas de la ira desmedida del conductor de vehículo particular, luego de que tomara un palo y se acercara a su vehículo para golpearlos, cuando amenazaban con grabar.
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“Esto me pasó en Colombia a la altura del diamante, Estaba con mi hermana y su bebé, ella por ayudar también resultó con el dedo meñique fracturado”, se lee en el reporte realizado en plataformas de denuncia ciudadana como Denuncias Antioquia.
Ni siquiera la compañía de un menor de edad, la sangre o el terror de los demás conductores evitaron que el taxista se fuera lanza en ristre contra ellos; por lo que, otros ciudadanos que conocieron el caso en redes sociales recomendaron que se tomaran medidas para persuadir a otros conductores de salirse de control:
“Usen Uber”, “Denuncien por lesiones personales agravadas y ya está”, “Ahí está identificado, con placas y empresa, para que realicen la denuncia”, “Para un braco siempre hay otro más bravo. A ese atarbán le saldrá otro peor”, “La vergüenza amarilla”, se lee en algunas de las reacciones a la denuncia.
Personalidades narcisitas y competidoras suelen verse mayormente afectadas por el síndrome de ira al volante:
Un estudio publicado en la revista “Psychology & Marketing” ha puesto bajo la lupa un fenómeno que afecta a millones de personas en las carreteras: el “síndrome de ira al volante”, una reacción emocional que puede transformar a conductores aparentemente tranquilos en individuos agresivos e irracionales.
Según los hallazgos, esta conducta no solo implica improperios y gestos ofensivos, sino que puede escalar hasta agresiones físicas. La investigación, liderada por expertos de la Universidad de Temple en Filadelfia, busca entender las causas y características de este comportamiento, que parece estar profundamente vinculado a ciertos rasgos de personalidad y al estrés generado por el tráfico.
De acuerdo con el estudio, las personas con personalidades competitivas o con una necesidad constante de demostrar un estatus elevado son más propensas a experimentar este tipo de ira. Para estos individuos, la conducción se convierte en un escenario donde perciben a otros conductores como rivales, lo que desencadena una escalada de emociones negativas. Este comportamiento, según los investigadores, no es un simple arrebato de mal humor, sino una transformación completa de la personalidad que puede llevar a la pérdida de control.
El informe también señala que los narcisistas son particularmente vulnerables al “síndrome de ira al volante”. Este trastorno de la personalidad, caracterizado por una percepción exagerada de la propia importancia y una necesidad constante de admiración, juega un papel crucial en la forma en que estas personas reaccionan ante situaciones de tráfico. Según los expertos, los narcisistas tienden a creer que tienen derechos especiales o más flexibles frente a las normas de tránsito, lo que los lleva a no tolerar errores de otros conductores y a justificar sus propias maniobras irresponsables.
Esta combinación de factores hace que los narcisistas sean más propensos a perder la calma al volante, transformándose en conductores agresivos que ven cualquier contratiempo como una afrenta personal. El estudio destaca que esta actitud no solo pone en riesgo a los propios conductores, sino también a los demás usuarios de la vía, aumentando la probabilidad de accidentes y conflictos.
El análisis presentado en “Psychology & Marketing” se basa en dos investigaciones realizadas en Israel. La primera consistió en una encuesta aplicada a 134 hombres y mujeres, con una edad promedio de 23 años, que exploró la relación entre la personalidad, las actitudes y los valores de los participantes en el contexto de la conducción. La segunda investigación amplió la muestra a 298 personas, permitiendo a los expertos recopilar datos más detallados sobre los factores que influyen en la agresividad al volante.
Ambos estudios proporcionaron una visión holística del problema, revelando patrones de comportamiento que vinculan directamente ciertos rasgos de personalidad con la propensión a la ira en situaciones de tráfico. Los investigadores concluyeron que el estrés generado por los atascos y las interacciones con otros conductores actúa como un detonante para estas reacciones, especialmente en personas con tendencias narcisistas o competitivas.