Freddy Ordóñez alcanzó reconocimiento por su extensa trayectoria en la televisión colombiana, misma que inició con apenas nueve años en Don Chinche, y que se prolongó hasta participar en telenovelas como La hija del mariachi, Loquito por ti, Tres Caines, Victorinos, o su papel más reciente en Arelys Henao, canto para no llorar.
Sin embargo, el papel que lo consagró llegó en 1999 cuando encarnó a Javi en Pandillas, guerra y paz, el seriado creado por Gustavo Bolívar que evolucionó de un relato en tres capítulos del programa Unidad Investigativa a un proyecto independiente que se emitió primero en Canal Uno y luego en el Canal RCN, hasta 2005.
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Sin embargo, Ordoñez reveló en una reciente entrevista con la revista Vea que su experiencia en la producción estuvo marcada por situaciones laborales complejas y decisiones personales que afectaron su vida.
“No tengo un recuerdo grato de la época de ‘Pandillas’, porque yo viví cosas al interior de la producción que fueron estresantes, no las recuerdo con cariño. Y aparte de eso, en lo privado, fue la época más desordenada de mi vida, en la que cometí muchos errores”, expresó el actor.
Uno de los puntos que causó más dificultades para el actor, según explicó, fueron los roces relacionados con las condiciones laborales. Según explicó, los actores del elenco sentían que eran tratados de manera injusta y que su trabajo no era valorado de manera acorde con el impacto del programa.
“Nos sentíamos explotados, como si fuéramos pandilleros de verdad... Nos sentíamos mal pagos, porque siempre la filosofía fue que ‘Pandillas’ era un programa de bajo presupuesto, siempre nos tenían enredados con ese tema y pues, era una serie que vendían en todo lado. Para la empresa, ‘Pandillas’ era de bajo presupuesto, pero era la que más la sostenía y la que más le daba”, dijo.
Las diferencias con la producción llevaron a que Ordóñez renunciara en hasta dos ocasiones. Finalmente regresó para las grabaciones de la segunda temporada, motivado más por la insistencia de Gustavo Bolívar que por un interés genuino de continuar. “En la segunda temporada finalmente me pagaron lo que yo estaba pidiendo, pero solo estuve al final. Participé porque Gustavo Bolívar finalmente quería que yo cerrara la historia, yo no tenía las ganas ni el estímulo para hacerla”, puntualizó.
Otro aspecto que le hace mirar su etapa en Pandillas guerra y paz de manera negativa, se relacionó con su vida personal. En la charla, Ordóñez admitió que la fama adquirida en ese tiempo lo perjudicó.
“Me dejé llevar un poco por el cuento de la fama. No había filtro, salía uno con todo el mundo, salía con cuantas personas se me atravesaban en el camino y se cometen errores. Hay una cosa, y es que yo tuve excesos de mujeres, nunca tuve problemas de drogas o alcohol, a mí eso no me pasó. Lo mío era de salir con una y con otra”, confesó.
Solo fue cuando concluyó el programa que el actor reflexionó sobre sus acciones y entendió que debía cambiar. “Cuando ‘Pandillas’ se acaba uno como que sienta cabeza y dice ‘¿qué estoy haciendo con mi vida?’. Y aparte de eso porque uno empieza a sentir la depresión de la soledad, porque realmente andando con tantas mujeres, finalmente uno no está andando con nadie, queda solo”, relató.
Pese a estas situaciones, Ordóñez no dudó en reconocer los aspectos positivos que le dejó Pandillas guerra y paz, sobre todo en lo que se refiere a la toma de conciencia acerca de la realidad social con la que lidian muchos jóvenes en Colombia.
“La conciencia de la problemática social, las consecuencias que el ser humano paga por dejarse llevar por la calle. Eso me parece rescatable. Ser conscientes que hay una Colombia joven que el Estado no escucha y que hay jóvenes que están reclamando un espacio”, reflexionó.