A pesar de que en 1981 encabezó el grupo paramilitar Muerte A Secuestradores (MAS), años más tarde Pablo Escobar convirtió este delito en una de sus principales armas en la guerra que protagonizó contra el Estado.
De hecho, como parte de su estrategia de terminar con la extradición de criminales colombianos a Estados Unidos, en enero de 1988 ordenó el secuestro de varias figuras destacadas de ese momento, incluyendo al entonces candidato a la Alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana.
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El 18 de enero de 1988, los medios colombianos reportaron la desaparición de Pastrana y horas más tarde se confirmó que en realidad había sido retenido por el cartel de Medellín, que exigía al gobierno de turno una negociación que no incluyera pagar por sus delitos en el exterior.
Tras siete días privado de la libertad, las autoridades llegaron a un inmueble en el municipio de El Retiro, en Antioquia, en donde los hombres de Escobar aceptaron intercambiar al político por un uniformado al que liberaron tras escapar de la zona.
Los recuerdos de Pastrana sobre su secuestro
Después de 37 años, Andrés Pastrana reveló en el pódcast Hablamos en el 28, detalles desconocidos del odio que le tenía Escobar. En primer lugar, el exmandatario afirmó que en 1982 había recibido una amenaza por parte del capo, que le pidió a otro político que le dijera: “Valga lo que valga, lo mato”.
No fue sino hasta 1988, cuando se conformaron Los Extraditables, que una marcha provocó que el bogotano se convirtiera en objetivo militar de los narcos y terminará siendo secuestrado por “Popeye” en la capital del país después de un evento público.
“Recuerdo que me lanzo a la Alcaldía de Bogotá, fui a una manifestación en Medellín con mi padre y fue contra Pablo Escobar, era demostrar que estábamos comprometidos en la lucha contra el narcotráfico. En Bogotá hacemos una reunión en mi sede cuando entra una gente y me ponen una pistola en la cabeza”, indicó el expresidente.
Andrés Pastrana indicó que Jaime Garzón, que estaba a cargo de su gira, intentó que los secuestradores lo llevaran junto a él, pero los hombres de Escobar aseguraron que eran miembros del M-19 y que los cabecillas de esta guerrilla querían hablar sobre política.
Al recordar los días que estuvo privado de su libertad, el bogotano mencionó que fue trasladado en helicóptero, lo que le hizo entender que había sido secuestrado por narcotraficantes y no por la guerrilla, que no tenía dinero para tener una aeronave.
“Llegamos a una casa en el campo, me dejan en el cuarto y mi preocupación era si eran narcos o del M-19. Me dicen que viene un helicóptero a recogerme, me siento y toda la noche la pase hablando con “Popeye”, a las seis de la mañana todo lo quemaron, me vendan y me saca el helicóptero”.
Ya en otro sitio, los hombres de Escobar lo tuvieron encerrado en una habitación en la que tenía radio y televisión, además, descubrió que estaba en Antioquia después de que reflexionó que lo habían alimentado con bandeja país durante gran parte de su secuestro.
Después de llamar a sus familiares y permanecer varios días en la habitación mencionada, Pablo Escobar llegó al sitio en el que estaba retenido y habló durante varios años con el capo, que después de su conversación les ordenó a sus sicarios que si el bogotano intentaba escapar debían asesinarlo.
“Me dice “buenas noches, Andrés”, hablamos de generalidades y de temas como el atentado a Mónaco. Nadie más hablaba. Me dice que iba a secuestrar el procurador Carlos Mario Hoyos (fue asesinado por el cartel de Medellín), que yo lo había conocido en Medellín. Al final me dice que tenga un diario y dos libros. Ahí entendí que iba para largo”, recordó el expresidente.
Sobre el 28 de enero de 1988, cuando se registró su liberación, el político colombiano recordó que su rescate provocó que Escobar ordenara el asesinato del procurador para enviar un mensaje al Estado colombiano. “Los policías se devuelven y ahí llegó el ejército de Pablo Escobar para cambiarme de zona, si me hubieran cambiado no sé si estuviera contando la historia”, puntualizó Andrés Pastrana.