El municipio de El Espinal, en el departamento del Tolima, se encuentra en el centro de una creciente preocupación social debido al aumento de jóvenes que han comenzado a involucrarse en prácticas de brujería y santería.
Esta situación ha sido impulsada por la falta de oportunidades laborales en la región, lo que ha llevado a muchos a buscar ingresos a través de estas actividades, percibidas como una solución rápida, pero que, en muchos casos, derivan en estafas, extorsiones y otros delitos, según lo reportaron medios locales
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De acuerdo con el concejal Ferney Rojas Herrán, la problemática tiene raíces profundas que combinan factores sociales y espirituales. “La solución a esta problemática multifactorial requiere un abordaje integral. Desde la creación de empleos dignos hasta programas de formación que ofrezcan alternativas viables y sostenibles para el futuro de los jóvenes en El Espinal”, afirmó para el Nuevo Día.
Además, el funcionario destacó que se están llevando a cabo mesas técnicas en colaboración con la directora de seguridad y justicia del municipio, con el objetivo de implementar estrategias que aborden el problema desde sus raíces.
El medio Alerta Tolima informó que las prácticas esotéricas, promovidas por algunos jóvenes como un negocio, han generado una serie de denuncias por estafas y engaños. Estas actividades, que incluyen servicios de santería y rituales de brujería, han sido señaladas como perjudiciales tanto para quienes las realizan como para la comunidad en general. Según el medio, detrás de estas prácticas se esconden dinámicas que pueden tener graves consecuencias judiciales, además de generar un ambiente de incertidumbre y desconfianza en la población.
El concejal Rojas Herrán también afirmó que la importancia de concientizar a la población sobre los riesgos asociados con estas actividades. En este sentido, las autoridades locales y líderes comunitarios han comenzado a trabajar en campañas informativas que buscan alertar a los ciudadanos sobre la naturaleza engañosa de estas prácticas y promover alternativas más seguras y confiables para resolver problemas personales o económicos.
Por su parte, el obispo del Espinal y sur del Tolima, monseñor Miguel Fernando González, expresó su preocupación por el impacto espiritual y social de este fenómeno. Según consignó Caracol Radio, el jerarca de la Iglesia Católica señaló que estas prácticas no solo afectan la economía y la seguridad de la región, sino que también tienen un impacto negativo en la espiritualidad de los jóvenes.
“Hay un montaje económico muy fuerte entre la brujería combinado con narcotráfico. Se mueve mucho dinero, y los jóvenes incautos se unen a estos negocios con el deseo de ganar dinero fácil y rápido, terminan involucrados en un ambiente de violencia y codicia que muchas veces lleva a la muerte”, afirmó.
El obispo también destacó que estas actividades están relacionadas con devociones como la de la Santa Muerte, lo que, según él, pone en peligro no solo la estabilidad económica de los jóvenes, también su bienestar espiritual. Además, mencionó que este fenómeno ha comenzado a extenderse hacia otras ciudades como Ibagué, lo que representa un desafío adicional para las autoridades locales.
El desempleo en El Espinal ha sido identificado como uno de los principales factores que impulsan a los jóvenes a involucrarse en estas actividades.
La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, y el comandante de la Policía del departamento, coronel Fabio Ojeda, han denunciado que este fenómeno ha generado un clima de tristeza y zozobra en la comunidad.
Según las autoridades, algunos de los casos más graves incluyen ajustes de cuentas que han resultado en la pérdida de vidas humanas, así como extorsiones en las que los clientes de estas prácticas son obligados a pagar grandes sumas de dinero para evitar que se revelen secretos personales confiados durante los rituales.
Ante esta situación, las autoridades locales y organizaciones religiosas han comenzado a trabajar en soluciones integrales que aborden tanto los aspectos sociales como espirituales del problema. Según El Nuevo Día, las mesas técnicas lideradas por la administración municipal buscan fortalecer el tejido social y familiar, promoviendo programas de formación y empleo que ofrezcan alternativas viables para los jóvenes.
Además, las organizaciones religiosas han intensificado sus esfuerzos para brindar acompañamiento espiritual a los jóvenes y sus familias. Estas iniciativas buscan fomentar un acercamiento a la fe como una forma de fortalecer el interior de los jóvenes y ofrecerles un camino alternativo frente a las dificultades económicas.