Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos de paz con el ELN: esta es la historia de los fracasos del proceso de paz con este grupo terrorista

La masacre de una familia en Tibú, que incluyó el asesinato de un bebé de seis meses, y el homicidio de tres firmantes del acuerdo de paz con las Farc llevaron al presidente Petro a suspender los dálogos

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Históricamente, la guerrilla del ELN
Históricamente, la guerrilla del ELN siempre ha sido un grupo con el que no es fácil negociar - crédito Ernesto Mastrascusa/EFE

La reciente masacre de una familia en Tibú, que incluyó el asesinato de un bebé de seis meses, y el homicidio de tres firmantes del acuerdo de paz con las Farc del 2016, llevaron al presidente Gustavo Petro a suspender por segunda vez en menos de cuatro meses las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Estos hechos, atribuidos al ELN, ocurren en medio de una escalada de violencia en la región del Catatumbo, donde la guerrilla mantiene una disputa territorial con las disidencias de las Farc.

La decisión del mandatario pone en jaque un proceso que ya acumulaba meses de estancamiento.

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En un mensaje publicado en su cuenta de X, Petro calificó los actos del ELN como “crímenes de guerra” y afirmó que el grupo armado “no tiene ninguna voluntad de paz”.

Esta declaración se suma a una serie de advertencias previas del presidente, quien ya había señalado en septiembre que un ataque en Puerto Jordán, en el departamento de Arauca, que dejó dos militares muertos y 25 heridos, prácticamente cerraba las puertas al diálogo.

La delegación de paz del Gobierno, encabezada por Vera Grabe e Iván Cepeda, también oficializó la suspensión del proceso, indicando que su continuidad dependerá de una “manifestación inequívoca de la voluntad de paz” por parte del ELN.

Un proceso marcado por la violencia y la desconfianza

Desde el inicio del Gobierno de Petro hace más de dos años, según El Tiempo, el ELN ha mantenido una estrategia que combina la participación en las negociaciones con acciones violentas en sus zonas de influencia.

En regiones como Arauca, Norte de Santander y el Chocó, los atentados, secuestros y confinamientos han sido constantes. En el sur de Bolívar, por ejemplo, comunidades enteras han quedado atrapadas en medio del conflicto, mientras que en el Chocó, más de 100.000 personas fueron confinadas durante un paro armado promovido por el grupo guerrillero.

En el pasado, el Gobierno
En el pasado, el Gobierno Petro ya había suspendido el proceso de diálogo debido a la falta de voluntad reiterativa del ELN - crédito Ernesto Mastrascusa/EFE

El secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, un hecho que atrajo la atención internacional, también puso en evidencia las debilidades del proceso de paz. La guerrilla ha utilizado estos años de negociaciones para consolidar su presencia en territorios estratégicos, aprovechando la falta de acciones contundentes por parte del Gobierno.

Uno de los factores que complica la situación es el refugio que el ELN ha encontrado en Venezuela, bajo el régimen de Nicolás Maduro. La guerrilla cruza la frontera para cometer crímenes tanto en territorio colombiano como venezolano, amparada por la protección del gobierno de Maduro. Esta situación, denunciada por el excomisionado de paz Miguel Ceballos, constituye una violación al Derecho Internacional Humanitario y dificulta cualquier intento de desarticular al grupo armado.

La legitimación internacional del régimen de Maduro, según el análisis del medio fuente, ha permitido al ELN operar con mayor libertad, al igual que a la disidencia de las Farc conocida como la Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez. Ambos grupos han encontrado en la frontera un espacio seguro para planificar y ejecutar sus acciones.

Historial de fracasos en las negociaciones con el ELN

El ELN ha sido históricamente una de las guerrillas más reacias a los procesos de paz. Incluso durante el gobierno de Andrés Pastrana, cuando se llevaron a cabo conversaciones en Maguncia, Alemania, el grupo mostró poca disposición para llegar a acuerdos concretos. Esta actitud se ha mantenido a lo largo de los años, a pesar de los esfuerzos de diferentes administraciones, incluido el actual Gobierno de Petro.

Otty Patiño aseguró que fue
Otty Patiño aseguró que fue una decisión difícil pero necesaria - crédito Mauricio Dueñas Castañeda/EFE

El analista político León Valencia, citado por El Tiempo, señaló que, a diferencia de las Farc, que demostraron un interés real en negociar durante el proceso de paz en La Habana, el ELN no ha mostrado una intención significativa de avanzar en las conversaciones. Según Valencia, el Gobierno ha sido generoso en sus propuestas, pero la respuesta del grupo armado ha sido insuficiente.

El líder del ELN, Pablo Beltrán, afirmó recientemente que la meta del grupo es avanzar lo máximo posible en las negociaciones hasta 2026, cuando concluye el mandato de Petro, y dejar el proceso en un punto que permita a futuros gobiernos darle continuidad. Sin embargo, el presidente Petro ha advertido que la oportunidad de alcanzar la paz es con su administración, ya que no cree que un próximo gobierno esté dispuesto a negociar con una guerrilla que no ha demostrado voluntad de paz.

Además, también están las críticas hacia la oficina del comisionado de paz, liderada por Otty Patiño, por no haber ajustado el enfoque y el método del proceso a medida que se complicaba. Según el investigador Gerson Arias, de la Fundación Ideas para la Paz, la falta de aprendizaje de lecciones de procesos anteriores y la ausencia de un método claro han sido errores graves que han contribuido al estancamiento actual.

Se suspende el proceso de
Se suspende el proceso de diálogo con el ELN - crédito @petrogustavo/X

“O hay paz o hay destrucción”

El presidente Petro ha sido enfático en que 2025 es un año decisivo para el proceso de paz. En diciembre de 2024, el mandatario advirtió que, si no se logra un acuerdo, el Gobierno optará por la destrucción de las organizaciones armadas. Esta declaración refleja la creciente frustración del Ejecutivo ante la falta de avances y la persistencia de la violencia en las regiones más afectadas por el conflicto.

La suspensión del diálogo con el ELN deja en el aire la posibilidad de retomar las negociaciones en el futuro. Mientras tanto, las comunidades en zonas de influencia de la guerrilla siguen enfrentando las consecuencias de un conflicto que parece lejos de resolverse.

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