En la mañana del 16 de enero, Otty Patiño, alto comisionado de Paz, denunció que estaba confirmado un plan de asesinato contra Álvaro Jiménez, su asesor. El crimen sería perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en una especie de retaliación por las fracturas políticas al interior de la organización de las que culpan al funcionario.
Uno de los primeros en rechazar tal plan fue Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, que exigió respuestas y explicaciones al grupo armado. Asimismo, demostró su apoyo a Jiménez, con quien se solidarizó.
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“Rechazo total a la orden del ELN de asesinar al asesor del Alto Comisionado de Paz Álvaro Jiménez, que denuncia Otty Patiño. Es terrible e inaceptable que quienes están en una mesa de negociaciones con el gobierno pretendan resolver con violencia las diferencias que puedan tener con funcionarios que trabajan por La Paz. Mi solidaridad con Álvaro y con el equipo del Alto Comisionado. La guerrilla del ELN debe unas claras explicaciones al país sobre estas graves acusaciones”, escribió Cristo en X.
Pormenores de la denuncia de Patiño
Según informaciones obtenidas por el Gobierno, existiría un plan en curso para asesinar a Jiménez, quien actualmente lidera la delegación de paz del Ejecutivo en las negociaciones con el Clan del Golfo.
Patiño explicó que la amenaza no es especulativa, sino que incluye la contratación activa de sicarios para llevar a cabo el asesinato. Esta información, respaldada por ocho fuentes confiables, ha llevado al alto comisionado a calificar el plan como una certeza más que un simple riesgo. Para él, este intento no solo atenta contra Jiménez de manera personal, sino también contra el proceso de paz en su conjunto.
El origen del conflicto se remonta al Ejército de Liberación Nacional (Eln), que culpa a Jiménez de haber facilitado el fraccionamiento del Frente Comuneros del Sur, una facción que se apartó del Eln en mayo pasado para iniciar diálogos con el Gobierno. Esta división generó una crisis en la mesa de negociación y ha provocado que el Eln busque frenar cualquier posibilidad de nuevas deserciones a través de acciones violentas.
“Les da mucho miedo que el Eln se siga fraccionando y quieren, con un asesinato, acabar con toda la posibilidad de que otros frentes, otras personas del Eln escojan la paz. Creen que matando es cómo se solucionan las cosas y no dialogando, como cree el Gobierno”, dijo en Caracol Radio.
De acuerdo con Patiño, el Eln continúa apostando por la violencia como método para resolver sus conflictos internos, en contraposición a la visión del Gobierno, que prioriza el diálogo. Aunque algunos grupos criminales han rechazado participar en el plan por considerarlo injustificado, otros estarían dispuestos a ejecutarlo.
El alto comisionado instó al Eln a abandonar estas prácticas y a comprometerse plenamente con los principios del Mandato por la Paz. Asimismo, subrayó que el reconocimiento como organización política rebelde no se decreta legalmente, sino que lo otorga la sociedad en su conjunto. Patiño también enfatizó la necesidad de poner fin a las estrategias de eliminación moral y física contra quienes trabajan por una democracia más inclusiva y justa.
Este episodio refleja los retos persistentes en el camino hacia la paz integral en Colombia. La amenaza contra Álvaro Jiménez no solo evidencia los riesgos personales que enfrentan los negociadores, sino también los obstáculos estructurales que dificultan la reconciliación nacional. A medida que avanzan las negociaciones con el Eln, queda por verse si este grupo estará dispuesto a renunciar a la violencia y a sumarse a un proceso de construcción colectiva para el futuro del país.