En el municipio de Cajicá, ubicado en el norte de Cundinamarca, se ha generado una gran preocupación tras la denuncia pública realizada por una mujer que fue víctima de acoso sexual mientras atendía su negocio de cantina en el sector de Chutame.
A través de un emotivo relato, la víctima narró cómo un hombre se acercó a ella de manera inapropiada durante su jornada laboral, tocando sus piernas y haciendo comentarios de carácter sexual que la dejaron vulnerable y angustiada.
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El incidente, que tuvo lugar en el local donde la mujer trabaja, ha generado un fuerte rechazo en la comunidad. La víctima, que prefiere mantenerse en el anonimato por razones de seguridad, ha compartido su experiencia públicamente a través de redes sociales y medios locales, buscando visibilizar la problemática del acoso sexual en el ámbito laboral y exigir un cambio en la forma en que se trata a las mujeres.
Según el relato de la víctima, el hombre se acercó a ella mientras ella estaba trabajando y comenzó a hacerle avances de manera insistente.
Aunque la música en el lugar estaba demasiado alta, lo que dificultaba escuchar con claridad las palabras del agresor, la mujer pudo grabar un video en el que se observa la actitud lasciva del sujeto, quien no solo la miraba fijamente, sino que le dirigía frases como “quiero hacerte mía” y “quisiera estar contigo”. El presunto agresor, al parecer, no tuvo ningún reparo en realizar este tipo de manifestaciones en un espacio público.
La mujer expresó con firmeza su indignación ante lo ocurrido, señalando que lo sucedido no es un caso aislado, sino que refleja una problemática más amplia y común en muchas partes del país.
“Me sentí completamente vulnerable”, declaró en su testimonio, haciendo énfasis en la sensación de inseguridad que experimentó en su propio lugar de trabajo. Además, destacó que este tipo de situaciones son habituales para muchas mujeres, quienes, lamentablemente, se ven obligadas a enfrentar actitudes machistas y abusivas por parte de algunos hombres, incluso en sus empleos.
“Es inaceptable que sigamos viviendo estas situaciones. No debería ser normal que las mujeres tengamos que enfrentarnos a esto en nuestros lugares de trabajo. No debemos tolerarlo más”, expresó la mujer en su denuncia, llamando a la reflexión sobre la necesidad de erradicar el acoso sexual en cualquier ámbito de la vida cotidiana.
El video, que rápidamente se viralizó en las redes sociales, ha causado indignación no solo en Cajicá, sino en varias otras localidades cercanas, donde la ciudadanía ha comenzado a organizarse en grupos de apoyo a la víctima y a exigir acciones concretas de parte de las autoridades locales. Los colectivos feministas y grupos de derechos humanos han alzado la voz en solidaridad con la mujer agredida, exigiendo medidas urgentes para prevenir el acoso y garantizar la seguridad de todas las mujeres en su entorno laboral y social.
Este caso pone nuevamente sobre la mesa la urgente necesidad de implementar políticas públicas que protejan a las mujeres del acoso sexual, así como la importancia de sensibilizar a la población sobre el respeto a la dignidad de las mujeres y la erradicación de las conductas machistas que perpetúan la violencia de género.
Las autoridades locales han confirmado que se están tomando las medidas necesarias para identificar al agresor y que se están realizando las investigaciones pertinentes.
Sin embargo, la víctima sigue esperando justicia y se ha comprometido a seguir luchando por un entorno más seguro y libre de violencia para todas las mujeres que, como ella, enfrentan la constante amenaza de ser víctimas de acoso o agresión en su vida cotidiana.
El caso de Cajicá, aunque lamentable, se ha convertido en un llamado a la acción para todas aquellas personas que consideran que es fundamental crear un cambio cultural y social que garantice un ambiente seguro y respetuoso para las mujeres en todos los ámbitos, especialmente en sus lugares de trabajo. Las denuncias como esta son vitales para visibilizar la violencia de género y avanzar en la construcción de una sociedad más igualitaria, en la que las mujeres puedan ejercer sus derechos sin temor a ser acosadas o agredidas.