Ahora la polémica es por mural de Pablo Escobar: en redes sociales reprochan que ‘Fico’ Gutiérrez borrara grafiti alusivo a víctimas de la escombrera de la Comuna 13

Las decisiones sobre la eliminación murales en Medellín han generado controversias entre algunos colectivos artísticos y la administración local

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En redes sociales catalogan los
En redes sociales catalogan los parámetros de Fico Gutiérrez con los que define que expresión artística es "ofender a otros" y "ensuciar la ciudad" - crédito Redes Sociales / X

En Medellín, la gestión del espacio público y el arte urbano ha generado un intenso debate en redes sociales, especialmente tras la eliminación de un mural que conmemoraba a las supuestas víctimas de crímenes de Estado relacionado con los cuerpos encontrados en la escombrera de la Comuna 13.

Por medio de una “campaña de embellecimiento”, la alcaldía de Medellín en lo recorrido de enero, ha pintado de gris varios grafitis conmemorativos a la memoria colectiva, como “Nos Están Matando”, frase alusiva a las protestas nacionales en la presidencia de Iván Duque y, recientemente, “Las Cuchas Tienen La Razón”.

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Por su parte, el alcalde Federico “Fico” Gutiérrez, defendió su postura con respecto al manejo del arte urbano en la ciudad. “Hay unas condiciones, todo el apoyo siempre al arte urbano. Otra cosa es que hay algunos que consideran arte la ofensa a otros. Hay algunos que consideran arte querer ensuciar la ciudad”.

Ante las declaraciones de Gutiérrez, en redes sociales inició otro debate: “Si Fico critica ‘el arte como ofensa’, ¿qué pasa con las víctimas de Pablo Escobar y por qué no borra también el grafiti alusivo en el barrio de Medellín con el mismo nombre del narcotraficante colombiano?”.

Un homenaje a las víctimas
Un homenaje a las víctimas de desaparición forzada fue eliminado. El nombre de un barrio pone en jaque la memoria de una ciudad - crédito captura de pantalla / X

Usuarios en redes sociales, como Álvaro Cotes, acusaron a Gutiérrez de querer ocultar el pasado oscuro y violento de la región.

En contraste, otros señalaron la existencia de un mural dedicado al narcotraficante Pablo Escobar en el barrio Loreto, lo que generó cuestionamientos sobre los criterios utilizados para decidir qué murales permanecen y cuáles son eliminados.

Ana María González, otra usuaria activa en redes sociales, expresó su indignación por la permanencia de este mural de Pablo Escobar, calificándolo como una apología al crimen y un posible mecanismo de lavado de dinero. En su mensaje, instó al alcalde a tomar medidas para eliminarlo, calificando su existencia como una vergüenza para la ciudad.

Opiniones en redes sociales -
Opiniones en redes sociales - crédito captura de pantalla X

La polémica también ha puesto en el centro del debate la relación entre el arte urbano y la memoria histórica en Medellín. Mientras algunos defienden la importancia de preservar murales que recuerden a las víctimas de la violencia, otros consideran que ciertas expresiones artísticas pueden contribuir al caos y la suciedad en el espacio público. Este contraste de opiniones refleja las tensiones existentes en una ciudad que ha luchado por superar su pasado marcado por el narcotráfico y la violencia.

De hecho, varios usuarios identificados abiertamente como “uribistas” invitaron a otros usuarios identificados como “petristas” tratar de ir a este polémico barrio y borrar el graffiti de Pablo Escobar de forma amenazante, sosteniendo que serían agredidos y hasta defendieron dicho mural argumentando que el narcotraficante sigue siendo querido en Medellín y “lo construyó desde cero”, además de “regalar casas”.

“Cómo hacemos para que estos malparidos petristas tan brutos entiendan que en Medellín Hay un Barrio que se llama Pablo Escobar, no nos gusta, pero así se llama, el tipo lo construyó mientras Belizario Betancur nos dejaba sin el mundial de 1986 y sin la órbita geoestacionaria”.

Opiniones en redes sociales (dos)
Opiniones en redes sociales (dos) - crédito captura de pantalla X

En este contexto, el barrio Pablo Escobar, que lleva el nombre del conocido narcotraficante, también ha sido objeto de críticas. Algunos usuarios en redes sociales cuestionaron por qué no se ha cambiado el nombre del barrio, mientras que otros señalaron que incluso el alcalde evita ingresar a esa zona debido a los problemas de seguridad. Estas observaciones han alimentado el debate sobre la coherencia en las políticas de memoria y urbanismo en Medellín.

La gestión de Fico Gutiérrez respecto al arte urbano y el espacio público continúa siendo un tema divisivo. Mientras el alcalde defiende su enfoque en la limpieza y el orden, sectores de la ciudadanía exigen mayor sensibilidad hacia las expresiones artísticas que buscan preservar la memoria histórica. La controversia pone de manifiesto los desafíos que enfrenta Medellín en su esfuerzo por equilibrar el desarrollo urbano con el respeto por su historia y las demandas de sus habitantes.

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