Hay conmoción en el barrio Rebolo de Barranquilla, tras el fallecimiento de un niño de 6 años de edad, quien en un descuido de sus padres, ingirió un ácido para limpiar pisos.
Según el informe preliminar de las autoridades, los hechos ocurrieron en este sector ubicado en el sur oriente de la capital del Atlántico, cuando el menor observó una botella de gaseosa, sin tener en cuenta que en ese envase se encontraba el líquido corrosivo.
“Según información suministrada por el cuadrante, familiares del menor manifiestan que se encontraba manipulando una botella de Big Cola que se encontraba en la vivienda, en un descuido ingirió el líquido que había dentro de la botella, al parecer un ácido para piso”, explicó Mired IPS, institución encargada de manejar la red de salud pública de Barranquilla en un comunicado.
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Al beber dicho líquido, familiares observaron comportamientos extraños en el niño, por lo que fue llevado rápidamente hacia el centro médico Paseo de La Chinita, pero su condición de salud se agravó con el paso del tiempo, lo que llevó a que fuera trasladado hasta la clínica Adelita de Char de Barranquilla, donde a pesar de los esfuerzos del personal médico, falleció a causa de la intoxicación.
“A pesar de los esfuerzos del equipo médico, se presentó compromiso de tracto respiratorio y digestivo mostrando deterioro y parada cardíaca en varias ocasiones recuperada por la atención médica; sin embargo, luego de varios intentos por estabilizarlo, el paciente falleció en el Camino Adelita de Char”, subrayó la red encargada de salud de la capital atlanticense en el comunicado.
De acuerdo con información dada por medios locales, durante su estadía en el centro médico del barrio La Chinita, varios familiares vandalizaron el lugar, denunciando que su situación no fue priorizada por los galenos del hospital local, dejando daños materiales a la fachada del sitio.
No obstante, el caso ha generado consternación en la comunidad y ha puesto en evidencia los riesgos asociados al almacenamiento inadecuado de sustancias peligrosas en recipientes no identificados. Además, el incidente ha reavivado el debate sobre la capacidad de respuesta de los centros de salud en situaciones de emergencia y la seguridad en el manejo de productos químicos en los hogares.
Mientras tanto, las autoridades locales continúan investigando los hechos para esclarecer las circunstancias exactas del incidente y determinar posibles responsabilidades.
Otro menor murió por intoxicarse con pólvora en Santander
Este caso se suma a la muerte de un niño de seis años de edad, que falleció haber ingerido fósforo blanco, un químico altamente tóxico presente en la pólvora, durante las festividades de Navidad y Fin de Año.
Este lamentable suceso ocurrió en Barrancabermeja, en el departamento de Santander, cuando el niño fue trasladado de urgencia por sus familiares a un hospital local debido a su grave estado de salud. Posteriormente, fue remitido a la clínica Foscal, ubicado en el municipio de Floridablanca, donde un equipo médico especializado intentó salvar su vida. Sin embargo, las complicaciones derivadas del consumo de fósforo blanco resultaron irreversibles, y el menor no sobrevivió.
Según explicó el secretario de Salud Distrital, Andrés Manosalva Camargo, el diagnóstico inicial confirmó que el menor había ingerido este peligroso compuesto, lo que llevó a las autoridades a tomar medidas inmediatas para tratar de estabilizarlo.
“En la investigación del caso se definió que había consumido fósforo blanco. Esto nos llevó a publicar la situación de salud del menor y a realizar su traslado a la clínica Foscal, donde, lamentablemente, falleció”, declaró el funcionario a los medios de comunicación.
La tragedia generó un fuerte llamado de atención por parte de las autoridades locales, quienes insisten en la necesidad de reforzar las medidas de prevención para evitar que los niños tengan acceso a la pólvora. “Debemos alejar a nuestros niños y niñas de la pólvora. Entregarles este elemento o permitir que estén cerca de él es un acto de irresponsabilidad”, concluyó Manosalva.