Los nuevos retos diplomáticos del Gobierno Petro con Trump en Estados Unidos: deberá mitigar tensiones internacionales

El panorama diplomático de Colombia se encuentra en una encrucijada compleja, con retos que abarcan desde las relaciones bilaterales con Venezuela hasta los efectos del retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

De hecho, la reciente investidura de Nicolás Maduro para un tercer mandato en Venezuela y los movimientos estratégicos del Gobierno de Gustavo Petro han generado tensiones en la región.

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A esto se suma la inminente salida del canciller Luis Gilberto Murillo, quien podría abandonar su cargo a finales de enero para enfocarse en sus aspiraciones presidenciales.

De acuerdo con información publicada por El Espectador, la relación entre Bogotá y Caracas ha sufrido un deterioro notable en los últimos días. A pesar de la afinidad ideológica entre Petro y Maduro, la captura del opositor venezolano Enrique Márquez y la detención de María Corina Machado han puesto a prueba los lazos bilaterales.

En respuesta, el Gobierno colombiano emitió un comunicado rechazando el “acoso sistemático a los opositores” en Venezuela, mientras que Petro evitó asistir a la ceremonia de posesión de Maduro, marcando distancia con los resultados electorales que calificó como poco transparentes. Estas decisiones, aunque calculadas, han generado fricciones con el régimen venezolano, que podría reconsiderar la participación de Colombia como mediador en los diálogos con la oposición.

Pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el próximo 20 de enero representa otro desafío para la diplomacia colombiana. Según detalló el medio, Washington ha seguido de cerca la postura de Petro frente a la crisis política en Venezuela, y se espera que el nuevo gobierno estadounidense busque un diálogo con Colombia para definir su papel en la región. Sin embargo, hasta el momento no se han establecido contactos oficiales entre la Cancillería colombiana y el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio.

En este contexto, dos senadores colombianos visitaron el Capitolio estadounidense para abordar temas clave como la migración y la política de drogas.

Uno de ellos, el republicano Bernie Moreno, sostuvo una reunión con la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Laura Sarabia, en la que destacaron la importancia del sector privado como motor del desarrollo conjunto entre ambos países. Moreno también expresó que Trump podría trabajar de la mano con Maduro, aunque no hay señales claras sobre cómo el mandatario estadounidense manejará la situación en Venezuela.

Otro punto de fricción entre Colombia y Estados Unidos podría ser la política climática. Según reportó El Espectador, Petro ha manifestado su preocupación por la posible retirada de Trump del Acuerdo de París, lo que podría obstaculizar los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático.

El presidente colombiano ha señalado que esta decisión podría llevar la crisis climática a un punto irreversible, mientras que Trump ha argumentado que estas medidas afectan la competitividad económica de Estados Unidos frente a países como China e India.

Además, la amenaza de Trump de “recuperar” el Canal de Panamá ha generado críticas por parte de Petro, quien defendió la soberanía del país vecino. Otros temas sensibles incluyen el flujo migratorio a través del Tapón del Darién y los cultivos de hoja de coca, que podrían convertirse en puntos de conflicto en la relación bilateral.

En el ámbito regional, las relaciones de Colombia con otros países de América Latina también enfrentan desafíos. La relación con Brasil se ha enfriado, especialmente tras la ausencia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la COP16 celebrada en Cali.

Las diferencias entre ambos mandatarios se han hecho evidentes en temas como la transición energética, ya que Lula considera que el mundo aún no está listo para abandonar los combustibles fósiles. Asimismo, las tensiones con el presidente argentino Javier Milei persisten, con intercambios de declaraciones que han fracturado el diálogo binacional.

En el escenario global, Colombia enfrenta retos relacionados con los conflictos en la Franja de Gaza y entre Rusia y Ucrania. Según El Espectador, Petro ha condenado las acciones de Israel en Palestina, calificándolas como “genocidio”, mientras que sectores de la oposición critican su falta de contundencia al condenar los ataques de Hamás. Además, el ingreso de Colombia al Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha reforzado su postura en defensa de los derechos humanos en Palestina.

En cuanto a la guerra en Ucrania, el Gobierno colombiano ha intentado posicionarse como mediador, pero hasta ahora no ha logrado mayores avances. En noviembre, el canciller Murillo se reunió con representantes de Ucrania y Rusia, aunque ninguna de las partes mostró interés en una salida negociada.