El frágil compromiso de Petro con las mujeres: entre promesas y silencios frente a denuncias de violencia en su Gobierno

En su campaña presidencial, Gustavo Petro centró gran parte de su discurso en la defensa de los derechos humanos, haciendo especial énfasis en la necesidad de crear un entorno libre de violencias basadas en género. En un país donde los feminicidios y otras formas de violencia han sido un flagelo constante, las promesas del ahora presidente parecían ofrecer una luz de esperanza para muchas de las víctimas.

“A los jóvenes y mujeres, fundamentalmente las urnas los esperan para cambiar la historia de Colombia”, dijo el primer mandatario el 19 de junio de 2022, día en que se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones, que lo llevó a la Presidencia.

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Sin embargo, si bien a medida que han pasado los meses de su Gobierno (dos años y cuatro meses), Petro ha salido en defensa de los derechos de la mujer y ha cumplido con algunas de sus promesas, su silencio frente a las acusaciones de violencia de género en su administración ha generado controversia. En particular, su falta de respuesta ante algunos escándalos que involucran a funcionarios de su propio gabinete ha dejado una serie de interrogantes sobre la coherencia de su discurso.

Durante su campaña electoral, Gustavo Petro hizo énfasis en la importancia de erradicar la violencia ejercida sobre las mujeres y mejorar una mejor calidad de vida para ellas en Colombia. En su programa de gobierno, Petro aseguró que se comprometería a erradicar tanto las agresiones físicas como las psicológicas hacia las mujeres.

De acuerdo con el documento, el jefe de Estado prometió fortalecer las políticas públicas en defensa de los derechos de las mujeres, especialmente aquellas que buscaban disminuir la tasa de feminicidios y garantizar el acceso de las víctimas de violencia a la justicia.

Este enfoque también se reflejó en varias de sus declaraciones públicas, en las que abogó por una Colombia en la que se respetaran los derechos de las mujeres y se erradicara la violencia machista de todos los espacios, desde la calle hasta el hogar. Para ello, el presidente prometió crear mecanismos para asegurar la protección efectiva de las mujeres y dar respuesta a los problemas estructurales que subyacen a las múltiples formas de violencia. “La violencia de género no solo es un asunto de ley, sino también de cultura”, afirmó Petro en uno de sus discursos más resonantes en 2022, en referencia a la necesidad de transformar las estructuras patriarcales y misóginas de la sociedad colombiana.

En casos recientes, cuando los acusados por violencia de género son personas cercanas a su círculo político, la respuesta del presidente Gustavo Petro ha sido notablemente ambigua o, en algunos casos, completamente ausente, lo que ha puesto a dudar a las mujeres que lo apoyaron en campaña, esperando de él un verdadero respaldo. A continuación, algunos casos en los que el jefe de Estado ha guardado silencio:

Diego Cancino, exviceministro del Interior

Cancino, que estuvo a punto de ser nombrado presidente de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), fue señalado haber ejercido acoso sexual sobre una activista del petrismo. La acusación proviene de Viviana Vargas, que aseguró que el exministro intentó besarla a la fuerza y le tocó los senos sin su consentimiento en una reunión de trabajo. Vargas ha respaldado su denuncia con mensajes de texto.

Aunque Petro no se ha pronunciado sobre el caso, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, rechazó públicamente los hechos y se reunió con la víctima. Por su parte, la Fiscalía General de la Nación inició una investigación contra Cancino por el delito de “acto sexual violento”, lo que tampoco ha motivado al presidente a decir algo al respecto.

A pesar de las otras acusaciones que han surgido en su contra, las cuales incluyen denuncias de acoso de periodistas y activistas y abuso de poder, Petro no ha mostrado una postura sobre los señalamientos. Sin embargo, luego del revuelo que causaron, se cayó el nombramiento de Cancino como presidente de la SAE; su hoja de vida fue publicada como aspirante, pero el Gobierno confirmó que la abogada Amelia Pérez llegaría al cargo.

Por su parte, el exfuncionario emitió un comunicado en el que pidió perdón por sus conductas “ofensivas”, pero negó haber cometido algún delito: “Estoy absolutamente convencido de que en ningún momento incurrí en ninguna forma de acoso sexual en el marco de un encuentro entre excompañeros”, explicó.

Andrés Hernández, cónsul de Colombia en México

Fue denunciado por acoso laboral y estafa. La exsubalterna de Hernández, Sonia Cuesta, lo acusó de robarle más de 24.000 dólares de sus ahorros personales, además de haber usado dinero público para contratar a un abogado sin la debida autorización. Adicionalmente, Hernández enfrenta graves acusaciones de violencia de género por varias exfuncionarias del consulado que lo han señalado de acoso laboral y sexual.

Según varias testimonios, Hernández se comportaba de manera misógina y amenazante con sus empleadas, y en ocasiones, les dio regalos inapropiados, como peluches con forma de penes.

A pesar de la gravedad de las denuncias, Petro no ha emitido ningún pronunciamiento público sobre el caso. La Cancillería anunció una investigación disciplinaria, pero no se ha tomado ninguna medida inmediata, y Hernández continúa en su cargo. Cuando el periodista Daniel Coronell entrevistó a Hernández, este alegó que el presidente le había recomendado no dar entrevistas, lo que sugiere que Petro no solo ha permanecido en silencio, sino que incluso podría haber influido en las decisiones comunicativas del implicado.

Su permanencia en el puesto ha tambaleado, pero no por las denuncias en cuestión, sino por presuntas irregularidades en su nombramiento, que llegó a ser anulado por el Consejo de Estado. Como eso no se cumplió fue suspendido provisionalmente, pero volvió a reincorporarse en el cargo.

“Las medidas cautelares de suspensión de mi nombramiento como Cónsul en México, han quedado sin efecto por parte del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, fue tomada una decisión sin cumplir con la notificación para mi debida defensa. Todo lo actuado es declarado en Nulidad. Mi abogado @JulioCesaOrtiz continuará al frente de mi defensa. Gracias”, escribió.

Armando Benedetti, exembajador ante la FAO y asesor presidencial

El funcionario es otro de los políticos cercanos de Petro que ha sido señalado de violencia de género. Su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció en España por agresión física, y Laura Sarabia, exjefa de gabinete del presidente y actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), lo denunció por utilizar un lenguaje misógino hacia ella.

En su defensa por presunta violencia intrafamiliar, el exembajador ha dicho que no existen cargos en su contra ante la justicia española y todo se trató de un malentendido, a pesar de reconocer que sí hubo daño a varios bienes de su compañera sentimental. Guerrero también aseguró que no fue víctima de ninguna agresión física.

“No amenacé ni a mi esposa ni a mi suegra ni a nadie en mi vida con un arma blanca (...). Hay una resolución que dice que soy inocente y no hubo delito”, comentó Benedetti.

A pesar de las investigaciones que enfrenta en la Fiscalía y la Cancillería, Benedetti sigue siendo parte del Gobierno, y Petro no ha emitido ningún pronunciamiento claro sobre su situación. De hecho, el 25 de noviembre, el mismo Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el jefe de Esteado lo nombró asesor personal, lo que ha generado una ola de criticas.